­A pesar de que la recepción de la urbanización del Polígono 7 de la Platja de Muro, conocida como Son Macià, ha acabado con los problemas de los residentes de la zona 22 años después de su construcción, otras cinco urbanizaciones, de las doce que existen actualmente, siguen pendientes de recepción debido a las deficiencias de servicios que presentan.

La costa murera empezó a urbanizarse entre finales de los años sesenta y principios de los setenta con el primer boom turístico. En tan solo dos décadas la costa virgen murera de la bahía de Alcúdia iba cambiando pinos por urbanizaciones y establecimientos hoteleros. Unas urbanizaciones que en algunos casos no cumplían con las exigencias requeridas por el ayuntamiento y que, por falta de interés o dejadez de los promotores, aún siguen pendientes de recepcionar por parte del consistorio ya que presentan importantes deficiencias de alcantarillado y alumbrado público que se van deteriorando año tras año.

Más concretamente, restan por recepcionar los polígonos V, 18A, el polígono 7 y 16, así como las urbanizaciones SU14 y SU15. Las deficiencias de servicios que presentan, problemas de alumbrado público, alcantarillado y estaciones de impulsión hacen que no puedan ser recepcionadas. Como consecuencia surgen situaciones conflictivas y quejas de los mismos vecinos y hoteleros que deben asumir el coste del mantenimiento de estas urbanizaciones. "Cerca de una quincena de establecimientos hoteleros se ven afectados por esta situación, y aunque nos consta que se está trabajando en el tema nos gustaría que se solucionase lo antes posible, porque esto supone un gasto más para los empresarios del sector que deben hacerse cargo del mantenimiento", informa Joana Maria Serra, de la asociación Hotelera de la Playa de Muro.

Situación

A pesar de que el arquitecto municipal, Manuel Velasco, afirma que no es un hecho puntual de Muro, sino que es una situación muy común entre municipios costeros, los técnicos están trabajando para poner fin a esta compleja situación y recepcionar otras urbanizaciones antes de que finalice el año, pero "no es una tarea fácil ya que con el paso del tiempo las normativas son más exigentes y los servicios se van quedando más obsoletos, cosa que incrementa los gastos de los urbanizadores". El alcalde de Muro, Martí Fornés, asegura que una de las grandes apuestas de su partido es solucionar esta compleja situación con la que empezaron a trabajar durante la pasada legislatura.