Las calles del centro de Sóller se quedaron ayer colapsadas con motivo de la celebración de la feria de mayo en la que la afluencia de visitantes, y la tradición gastronómica de los caracoles, nuevamente se volvieron a imponer. La de este año, no obstante, se celebró con algo más de festividad en tanto que el Firó de hoy conmemora el 450 aniversario de la invasión sarracena que acaeció el 11 de mayo de 1561.

Con este motivo como trasfondo, las autoridades presidieron ayer la inauguración de una escultura de hierro que se colocó junto al fossar de la parroquia de Sant Bartomeu para conmemorar la efeméride. A la cita no faltó el president del Govern, Francesc Antich; el delegado del Gobierno, Ramon Socías; el alcalde de Sóller, Josep Lluís Colom, así como representantes de los colectivos de moros, payeses y payesas, los grupos que desde hace más de 15 años se encargan de la organización de los actos relativos al Firó.

La escultura, elaborada con hierro cortén, es obra de Joan Navarro, Joan Estarelles y Joan Marroig.

A parte de este acto que congregó a centenares de personas, la Fira de Sóller congregó multitud de actividades a lo largo de la jornada de ayer. Hubo muestra de artesanía, mercadillo, exposición de vehículos y, en Son Angelats, una gincana ecuestre. Ayer por la noche Sóller empezó a calentar motores con el Firó.