Las mujeres que ejercen la prostitución en las islas se enfrentan, entre otros, al problema del deterioro de las condiciones con que se ven obligadas a trabajar, en un doble frente: la fuerte competencia existente las está obligando a reducir sus tarifas, pero también a aceptar prácticas de riesgo ante la creciente demanda de este tipo de situaciones que se está registrando entre sus clientes.

Entre los estudios impulsados por el GEPIB y firmados por el doctor en Sociología Lluís Ballester se encuentra uno sobre la oferta de servicios sexuales existente en Calvià a través de páginas web, en la que detectan este tipo de situaciones.

En concreto, son numerosas las mujeres que para mantener a la clientela han tenido que incluir en su abanico de servicios el sexo anal o las felaciones sin preservativo, por citar algunos ejemplos, con un elevado porcentaje en el que se ofrecen tres o más prácticas de riesgo.

Lluís Ballester señala que la creciente demanda de este tipo de prácticas se explica en parte por lo que denomina como "deseducación sexual" de muchos jóvenes, que han tenido un acceso a la pornografía extraordinariamente fácil a través de internet, una situación que no se daba en generaciones anteriores.

Por esta vía, los adolescentes han conocido prácticas sexuales habituales en el porno duro, y se han habituado a ellas a la hora de obtener satisfacción a través de la masturbación.

Esta "deseducación sexual" conlleva para muchos de ellos el deseo de llevar estos comportamientos a la práctica con su pareja, que en muchos casos se niega, lo que les lleva a la necesidad de contratar a una prostituta para poder hacerlos realidad.

Un dato a tener en cuenta: estás prácticas de riesgo son especialmente habituales entre el colectivo más joven y cuando se superan los 40 años.

El doctor de la UIB propone un simple ejercicio práctico para valorar el alcance del problema: basta escribir en cualquier buscador las palabras "sexo culo Palma" para que aparezca en la pantalla un amplísimo número de anuncios.

En el estudio realizado sobre la oferta de servicios sexuales a través de internet en el municipio de Calvià se detecta además otro aspecto que se considera preocupante: la existencia de un elevado número de anuncios en las que la mujer muestra su rostro a la hora de ofrecer sus servicios. Eso supone el asumir riesgos debido a la facilidad con la que luego va a poder ser identificada.

Otra situación que se detecta es la creciente incorporación de mujeres españolas a la prostitución, empujadas por los problemas económicos derivados de la crisis, y de mayores de 40 años, necesitadas de complementar sus ingresos.

Tarifas a la baja

Un factor impulsado por la crisis y por la creciente competencia, e insistentemente denunciado desde Médicos del Mundo durante los últimos años, es que estas mujeres se han visto obligadas a reducir sus tarifas para mantener a la clientela, lo que supone además la necesidad de elevar el número de servicios que es necesario prestar para poder mantener el nivel de ingresos, y mayores riesgos.

No hay que olvidar que a este colectivo se han incorporado muchas mujeres que necesitan mantener a familiares, o aquellas que, normalmente extranjeras, son obligadas a aportar unos ingresos mínimos a sus proxenetas.