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Yihadismo en Mallorca

La Audiencia Nacional confirma la prisión para el yihadista detenido en Palma

Los jueces entienden que la gravedad de los hechos, al preparar un atentado en España, impiden la posibilidad de que salga en libertad

Harrak fue detenido en su casa de Son Gotleu. b. ramon

Mohamed Harrak, el presunto yihadista detenido hace tres meses en Son Gotleu, seguirá de momento en la cárcel, a la espera de ser juzgado por terrorismo. Así lo han determinado los tres jueces de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que han decidido confirmar la decisión de la juez de instrucción, que decretó el ingreso en prisión de este joven arrestado en Palma. La Sala rechaza el recurso planteado por la defensa, que además de hacer hincapié en que su cliente tenía arraigo en Mallorca, insistía en que no había cometido ninguno de los hechos que le atribuían los investigados. El tribunal considera que la gravedad de los hechos que le atribuyen a Harrak, ya que se le acusa de estar preparando un atentado islamista en España, son de la gravedad suficiente para rechazar la posibilidad de que salga en libertad provisional.

Por motivos de seguridad, hace pocas semanas Mohamed Harrak fue trasladado de la cárcel de Palma, donde ingresó tras su detención, al centro penitenciario de Algeciras, donde se encuentra en estos momentos. Está sometido a una fuerte vigilancia y a un estricto régimen penitenciario, debido a que se le considera un presunto terrorista islamista.

El joven de Son Gotleu, que durante un tiempo ejerció de árbitro de baloncesto, fue investigado durante dos meses por la Policía. Se profundizó sobre todo en su actividad informática, en especial a través de las redes sociales. Los investigadores llegaron a la conclusión de que Harrak estaba reclutando a jóvenes dispuestos a sumarse a la lucha armada, con la participación en atentados terroristas.

El joven utilizaba hasta cuatro perfiles distintos, con nombres diferentes, en las redes sociales. Aprovechaba este canal de comunicación para expresar sus opiniones en favor del denominado Estado Islámico y para aplaudir los atentados terroristas que se cometían en nombre del Islam.

Fue de este modo como los servicios de información descubrieron que el sospechoso estaba preparando un viaje a Siria. Mohamed anunció este viaje para sumarse a la lucha "por su comunidad, junto a los muyahidin del Califato".

El auto que dictó el juez para justificar su ingreso en prisión señalaba que Mohamed desarrollaba una doble misión. Por una parte, se preparaba para sumarse a la lucha armada y, por otra, se encargaba de buscar a personas dispuestas a seguirle e integrarse en alguna unidad de combatientes a favor de Irak o de Siria.

Mohamed era un militar frustrado, puesto que no se le aceptó en el Ejército español y tampoco logró después enrolarse en la Legión Extranjera. Para superar esta frustración se dedicaba a participar en la actividad conocida como airsoft, que consiste en una simulación militar. Según determinó la Policía, utilizaba esta simulación a modo de entreno para entrenar y utilizar este conocimiento posteriormente en la lucha armada.

El joven detenido, sin embargo, negó que fuera un radical yihadista, sino todo lo contrario. Mantuvo que actuaba como agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que le había encargado la misión de infiltrarse en grupos de radicales islamistas. Reconoció la autoría de los escritos que lanzó en las redes sociales, pero lo relacionó con su estrategia para ponerse en contacto con extremistas, con el objetivo principal de localizarles y detenerles antes de que pudieran cometer un atentado. Esta historia de que era un agente encubierto no fue suficiente para evitar su ingreso en prisión. Es cierto que el joven había intentado ponerse en contacto, enviando un correo electrónico, con el CNI. Sin embargo, la juez entendió que este documento no demostraba que perteneciera a los servicios secretos.

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