­Es sencillo saber cuánto cobra cada trabajador del Govern. Cada salario y puesto están consignados en los presupuestos. Así es laborioso pero fácil ponerle número y rostro a la élite de la función pública: hay más de 300 personas que superan los 48.000 euros de sueldo anual de un director general. Aunque la cifra se queda corta. Falta contar las nóminas de dos de las instituciones más generosas con sus altos estratos, la Universidad y el IB-Salut, opacas pese a su financiación pública.

La mastodóntica estructura que absorbe la mitad del presupuesto de la comunidad, el IB Salut, es un mundo aparte en el que los límites salariales se difuminan en las altas esferas. El argumento que priva a los ciudadanos de la transparencia debida es que solo sueldos más gruesos que los 65.584 euros de Bauzá pueden seducir a un gestor sanitario. Por eso la mayoría de los 64 altos cargos designados en Sanidad cobran mejor que los consellers. Empezando por el director del IB Salut, Juan José Bestard, que además de firmar dos estudios para PricewaterhouseCoopers por valor de 368.440 euros y luego no acordarse de haberlo hecho, se levanta al año 9.000 euros más que el president que le contrató: 74.590 euros, el sueldo de director general más un complemento a medida de 25.854 euros.

Bestard es la excepción a la regla que rige la opacidad salarial, que goza de buena salud. En el IB-Salut y en la Universidad de Illes Balears. El campus no detalla el sueldo de cada alto cargo ni la dotación salarial de cada plaza. Balears puede saber lo que percibe su president, pero no lo que se embolsa la rectora o cada vicerrector. Sí está claro que ganan mucho. El sueldo oficial de un profesor es de 38.885 euros, pero eso es solo una parte. Si se suman todos los complementos, el coste de la plantilla de 538 docentes funcionarios es de 29,2 millones. Y eso son 54.316 euros de media al año. No está mal para un campus que pronto despedirá gente para adaptarse a las restricciones de la crisis. Es la cara y la cruz del empleo público: mientras 500 cobran como un conseller, decenas corren peligro de paro, y 616 investigadores con contrato laboral viven con salarios medios de 12.847 euros al año, según los últimos presupuestos de la UIB.