Si al sueldo de 980 euros del soldado Espina le quitan el dinero que manda a Canarias para pagar la hipoteca y alimentar a su mujer y su hija las cuentas dejarán de salirles. Simplemente, no dan. Solo cuadran con cuartel de por medio. Porque Espina vive en la base militar de Palma, como otros 300 militares que combaten con vida cuartelaria las apreturas de la nómina. No tienen esa posibilidad muchos de los 1.400 guardias civiles de las islas, para los que no hay cuartel. A cambio cobran más que un soldado. Pero no mucho más: en torno a 1.500 euros por una vida de riesgos, disciplina casi militar y mudanzas por España adelante. Les ocurre igualmente a los policías nacionales (900 de base salarial, y 1.500 gracias a complementos como el de insularidad). Son 1.400 agentes en una plantilla a la que le pasa lo mismo que a la de la Guardia Civil: faltan efectivos. "Una de cada cinco plazas están vacantes", aclaran en la Asociación Unificada de la Guardia Civil. "El problema es que Mallorca es un destino atractivo para los agentes, pero no vienen porque no pueden pagar los precios de alquiler que hay aquí". Y algo similar pasa con los policías. "En verano vamos justitos", apuntan desde el sindicato policial SUP, en el que aseguran que, a la luz de lo que cobran, "la deuda del Estado no es por nuestro sueldo".