Mallorca ha producido cien millones de alevines de dorada y lubina en dos criaderos situados en Palma y Alcúdia, que han facturado ya 7,5 millones de euros en casi una década de funcionamiento.

Este año las dos instalaciones van a producir unos ocho millones de alevines de dorada y diez millones de lubinas, cifras que convierten a Baleares en uno de los centros de producción de peces más importantes de España.

De hecho, los dos criaderos mallorquines, de la empresa Aquicultura Balear, producen el 37% de las lubinas que se crían en España y el 22% de las doradas.

Así lo han explicado hoy los responsables de la empresa, perteneciente al grupo Culmarex, que explota las dos granjas situadas en tierra en Mallorca, y que posteriormente traslada los alevines a otras explotaciones marinas situadas en el Mediterráneo, propiedad del grupo empresarial de acuicultura.

La isla balear está considerado un lugar privilegiado para la cría de los alevines de estos peces al considerarse un enclave estratégico para la producción acuícola por la temperatura estable de 20 grados centígrados todo el año, la existencia de aguas de origen subterráneo y la escasa carga de microorganismos que puedan enfermar a las crías.

En el criadero mallorquín de San Juan de Dios, abierto 2001 en la capital balear, las doradas y lubinas nacen y se crían en diversas fases hasta que alcanzan un tamaño aproximado de 4 ó 5 gramos, es decir, con 120 días de vida.

Tras un proceso de selección, en el que se descartan los peces con malformaciones, los alevines son trasladados a la granja de Alcúdia, donde engordan hasta los 15 y 25 gramos y están entre un mes y tres meses.

Una vez que las doradas y lubinas han alcanzado el peso previsto, se cargan en un barco de transporte a las distintas granjas marinas distribuidas en el mediterráneo (Alicante, Murcia, Almería y Málaga), en las que engordan hasta el medio y kilo y medio. A partir de entonces son comercializados para su consumo.