Corría el año 1917 cuando Rafael Fuster Cortés decidió hacer sus maletas para cambiar Manacor por Santiago de Chile. No se fue de vacío. Su compañero de viaje fue Palo Fuster. Él y sus hermanos asentaron el aperitivo mallorquín en su tierra de acogida. En la capital del Llevant su familia tenía una fábrica de jarabes y licores. Así que Rafael y sus hermanos implantaron otra factoría en Chile.

Rossana Fuster es la nieta de Rafael. Cuenta que su abuelo partió hacia Chile en busca de su hermano Vicente que había dejado la isla con anterioridad. "Antes no era como ahora que en unas horas cruzas el Atlántico. Era una travesía de unos tres meses en barco", les relató el director general de Acción Exterior, Jordi Bayona, a la delegación de 52 jóvenes chilenos descendientes de emigrantes españoles, que durante dos días visitan la isla.

Luego otro hermano, Jaime, se reunió con ellos. Así, empezó la historia del Palo Fuster en Santiago de Chile. Con un camión, los manacorins repartían sus licores, entre ellos, el popular palo mallorquín. Eso sí, siempre mantuvieron el vínculo con la familia de la isla. En aquellos tiempos, otros tres hermanos, María, Gaspar e Isabel quedaron en Manacor donde tenían otra destilería. Ayer la hija de Rossana y bisnieta de Rafael, Rocío Jiménez Fuster de 17 años tuvo la oportunidad de conocer la tierra del palo. Rocío participa en un viaje cultural juvenil que organiza el Estadio Español de Santiago de Chile y la Casa Balear de esta ciudad con el objetivo de que conozcan la geografía y cultura de la tierra de sus antepasados.

Ayer seis chilenos de origen balear conocieron por primera la isla. Aunque la fábrica de licores ya desapareció, Rocío aseguró que algunas licorerías de Chile siguen vendiendo la preciada bebida mallorquina. De todas maneras, detalla que el aperitivo suele ser más popular entre los isleños o sus descendientes que residen en Chile. No la ha probado porque asegura que le "da tinca".

Ayer por la noche, Rocío conoció a su primo y a sus tías de Mallorca. Igual que ella, Josefa Barceló se reencontró con su familia de Felanitx. A la recepción del Govern en el Consolat de Mar acudieron Francisca Sunyer Barceló, prima del abuelo de Josefa, y su hija Magdalena Estelrich. No se habían visto nunca y el reencuentro, tal y como definió la joven, fue "muy fuerte". Las muestras de cariño surgieron desde el primer momento y es que la familia Barceló siempre ha mantenido el contacto. "De pequeña me acostumbre a escribir una carta cada mes a Chile. Ahora es más fácil porque mi yerno me ayuda con eso de internet", cuenta Francisca emocionada al conocer a Josefa. Su tio dejó la isla y cuando estuvo instalado en la ciudad de Coquimbo montó una zapatería. Necesitaba gente y sus sobrinos mallorquines también cruzaron el Atlántico. Así la familia Barceló aterrizó en Chile. Además de Rocío y Josefa, Catalina Rochefort Matas, Felipe Chavarri, Virginia Maiza y Francisca Maiza son los otros jóvenes que durante dos días conocerán los rincones tradicionales de la tierra de sus antepasados. Ayer, ya estaban "encantados".