Rafel Nadal ya está preparado para volver a la acción. Tras unas vacaciones para recuperarse físicamente de sus dolencias y mentalmente del sobreesfuerzo realizado esta temporada, el número uno del tenis mundial afronta la campaña de pista con las máximas expectativas y con el principal objetivo de conseguir el US Open, el único Grand Slam al que le queda hincarle el diente. Quizás por esa razón, el de Manacor y su equipo han sopesado en las últimas semanas la posibilidad de variar su calendario de agosto.

Eso sí, nada de alarmismos. Nadal ha confirmado a través de su facebook personal que, tras sus vacaciones en Mallorca, Eivissa y Formentera, su reincorporación el pasado jueves a los entrenamientos ha sido casi perfecta, sólo alterada por la dureza de las sesiones en el centro de tecnificación de Manacor.

El interés de Nadal por adaptarse lo antes posible a la pista dura se refleja en la aparición del catalán Marc López en Manacor. Ambos jugaron juntos en el Torneo de Queen´s, que le sirvió al mallorquín de preparación para Wimbledon, y ahora se han reunido para preparar la próxima cita que marca el calendario, el Masters 1.000 de Toronto. Nadal y López son amigos, buenos compañeros de trabajo y de entrenamiento. Una buena pareja sin duda para el número uno del mundo, que entre sus virtudes tiene la de prepararse a conciencia para los torneos.

Nadal está a pocos días de regresar a la acción. El Masters canadiense, que se disputa del 9 al 15 de agosto, es el primer nombre que aparece en la agenda del mallorquín, un torneo que ganó en 2008 y que en teoría debe servirle al número uno para afinar su puesta a punto. Después toca Cincinnati antes de encarar el US Open, evento al que el balear llegaría con doce torneos a sus espaldas y quizás demasiados esfuerzos sobre sus rodillas. Quizás, tras el paso por la consulta del doctor Mikel Sánchez, medite no forzar la máquina en Canadá, en donde sólo defiende 180 puntos. Una minucia comparado con lo que supondría ganar el Grand Slam de Nueva York.