A cuatro meses de su finalización, las obras de instalación de las nuevas baldosas de la plaza de España de Palma van al ritmo de la finalización progresiva de los trabajos de renovación de la red de tuberías de saneamiento y agua potable

En estos momentos el nuevo pavimento, de un grosor de 16 centímetros, que sustituye a las antiguas baldosas de pizarra negra que tantos problemas causaron por su extrema fragilidad y falta de adherencia, ocupa ya más del 60% de las superficie total de la plaza de España. Desde el perímetro del Bar Cristal, al que solo le faltan los últimos detalles, hasta más allá de la parte central, que marca la estatua de Jaume I. En toda esa zona y su perímetro ya se han instalado las nuevas baldosas.

El nuevo pavimento combina piezas de dos tamaños fabricadas en cemento y fibra, especialmente resistentes al paso del tiempo, no porosas y mucho más adherentes que las anteriores.

Son piezas para resistir la elevada carga de la plaza. Su tonalidad dominante es gris clara, aunque también hay piezas con una pátina de tonalidad rojiza. Las baldosas se están colocando sobre un pavimentación uniforrme de cemento instalado previamente, al tiempo que se van puliendo las zonas ya acabadas para que adquieran su aspecto definitivo.

Para más adelante quedan los nuevos alcorques, el nuevo proyecto de jardinería, el nuevo proyecto de iluminación de la plaza de España, así como la restauración de la fuente de Jaume I y la restauración de la estación meteorológica de Gaspar Bennàzar, de 1910, uno de sus elementos patrimoniales más destacados.