Ciencia y sociedad

Escalada de la infancia y la juventud contra la inacción climática

Después de Greta Thunberg, protagonizan las iniciativas legales por la destrucción de sus hábitats, tanto en Estados Unidos como en otros países

Niños y jóvenes de Montana demandan al Estado por contaminar la naturaleza.

Niños y jóvenes de Montana demandan al Estado por contaminar la naturaleza. / MEIC.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Cinco años después de la irrupción del fenómeno Greta Thunberg, grupos de niños y jóvenes norteamericanos han demandado a las autoridades locales y federales, en al menos cinco Estados, porque apoyan a los combustibles fósiles y violan su derecho constitucional a un ambiente limpio y saludable. Y no son los únicos del mundo. El coraje de esta generación puede ser el tsunami social que frene el “rumbo al ecocidio” en el que estamos.

 Puede que estemos asistiendo al inicio de un movimiento juvenil similar al que desencadenó en 2018 la entonces adolescente de 15 años Greta Thunberg, que, con su huelga escolar de los viernes, conocida como Fridays for Future o School Strike for Climate, inspiró a millones de personas, especialmente a jóvenes, a participar en protestas y huelgas por el clima en más de 150 países durante los últimos cinco años.

Los protagonistas de un fenómeno equivalente son ahora 16 niños y jóvenes norteamericanos, de entre 5 y 22 años, que han presentado una demanda climática contra el Estado de Montana donde viven por considerar que el apoyo oficial a los combustibles fósiles está calentando el planeta y negando su derecho constitucional a “un ambiente limpio y saludable.”

El coraje de esta infancia y juventud, al que se refiere la prestigiosa revista Grist, puede convertirse en el tsunami social que demanda la crisis planetaria actual.

Niños en los tribunales climáticos

Held v. Montana, como se denomina esta demanda, cuya vista comenzó este lunes 12 de junio y tendrá una duración de dos semanas, es el primer caso constitucional sobre el cambio climático que llega a juicio en Estados Unidos. Se presentó originalmente en marzo de 2020 y un juez denegó en agosto de 2021 una moción estatal para desestimarlo.

Los demandantes argumentan que el cambio climático está provocando sequía, incendios forestales, calor extremo y otros desastres ambientales en Montana, que afectan a su salud y bienestar.

También afirman que Montana es responsable de generar más contaminación de efecto invernadero que la que emiten algunos países y que esta política viola su derecho inalienable, consagrado en el Artículo II de la Constitución estatal, a vivir en un medio saludable.

Más casos

El Estado se defiende diciendo que las emisiones de Montana son “demasiado insignificantes” para hacer ninguna diferencia en la crisis climática. También sostiene que el cambio climático es un problema global que requiere soluciones globales, no locales.

La de Montana es una de muchas demandas similares presentadas en Estados Unidos, pero la primera en llegar a una sala de la judicatura.

El antecedente más directo de este caso es el de Juliana v. United States, en el que otros 21 niños y jóvenes, de entre 8 y 18 años, han demandado en esta ocasión al gobierno federal de Estados Unidos por violar sus derechos constitucionales al promover el uso de combustibles fósiles y contribuir al cambio climático.

El caso se presentó en 2015 y aún no ha llegado a juicio, pero un juez federal dictaminó este mes de junio que puede continuar el procedimiento. Casos similares emprendidos por jóvenes están planteados asimismo en Florida, Utah, Hawái y Virginia.

Los protagonistas de la demanda judicial contra el Estado de  Montana.

Los protagonistas de la demanda judicial contra el Estado de Montana. / MEIC.

Y en otros países

Fuera de Estados Unidos, hay otros casos significativos: en Canadá, dos procesos desarrollados a instancias de jóvenes han puesto en jaque a las autoridades. Uno presentado ENvironnement JEUnesse (ENJUE), invocó la Constitución para responsabilizar al gobierno federal por la degradación ambiental, que no prosperó. Otro, presentado en 2019 bajo el nombre La Rose vs. Her Majesty the Queen, planteó que el cambio climático amenaza el bienestar y desarrollo físico y psicológico de la población. Todavía está en proceso.

En otros entornos, seis jóvenes portugueses han demandado a 33 países ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por su falta de acción para reducir las emisiones y salvaguardar su futuro físico y mental. El tribunal concedió al caso el estatus de prioridad en octubre de 2020.

También 25 jóvenes han demandado al gobierno de Colombia por no proteger la Amazonía colombiana de la deforestación. El tribunal falló a favor de los demandantes en 2019 y ordenó al gobierno reducir la deforestación.

Por último, una niña de siete años de Pakistán ha ganado el derecho a proceder con su demanda judicial por el cambio climático, estableciendo por primera vez en Pakistán los derechos de un menor a demandar en los tribunales a través de sus abogados.

Hay que tener en cuenta al respecto que el número de casos judiciales centrados en la crisis climática en todo el mundo se ha duplicado desde 2015, lo que eleva el número total a más de 2.000, según un informe del año pasado dirigido por investigadores europeos, del que informa también The Guardian.

Marcando tendencia

Pero lo más importante es que todos estos casos marcan tendencia: la sociedad civil, y especialmente los niños y jóvenes, se está movilizando cada vez con más intensidad contra la inacción climática.

Primero empezaron los científicos, que a lo largo del siglo XX han demostrado con billones de datos la extraordinaria magnitud del calentamiento global y su origen antropológico.

De esta reacción surgieron hitos históricos como la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, que reunió a más de 170 países y dio lugar a la firma de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el primer tratado internacional que reconoció el problema del cambio climático y la responsabilidad común pero diferenciada de los países.

Luego fue la adopción del Protocolo de Kioto en 1997, el primer acuerdo vinculante que estableció objetivos de reducción de emisiones para los países industrializados, basado en el principio de las responsabilidades históricas.

Momento de la multitudinaria marcha en NY el 21 de septiembre de 2014 para para exigir acciones contra el cambio climático.

Momento de la multitudinaria marcha en NY el 21 de septiembre de 2014 para para exigir acciones contra el cambio climático. / ONU.

Concierto global, marcha en NY

En 2007 tuvo lugar Live Earth, un concierto simultáneo en siete continentes que movilizó a millones de personas para concienciar y actuar sobre el cambio climático, con la participación de artistas como Madonna, Shakira, Metallica y Snoop Dogg.

En 2014 se desarrolló la Marcha del Clima en Nueva York, que reunió a más de 400.000 personas en la víspera de la Cumbre del Clima de la ONU, y que fue la mayor manifestación por el clima hasta entonces.

Todo este proceso desembocó en 2015 con la adopción del Acuerdo de París, el primer convenio universal que estableció el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2°C, y preferiblemente a 1.5°C, respecto a los niveles preindustriales. La realidad es que hoy ya estamos en el 1.5°C y no solo no se han adoptado medidas drásticas para impedirlo, sino que las concentraciones de CO2 en la atmósfera han seguido aumentando.

Más acciones

A la vista de la ineficacia institucional para contener el calentamiento global, surgieron las huelgas escolares promovidas por Greta Thunberg, así como la movilización de científicos de diversas disciplinas y países, que han salido de sus laboratorios y se han organizado en redes, grupos y colectivos para divulgar sus hallazgos, denunciar la inacción política, apoyar las movilizaciones sociales y proponer soluciones al cambio climático.

En este proceso, los científicos, que han ido elevando el tono de sus discursos, han terminado pasando a la acción para reclamar una reacción contundente al calentamiento global. En España, una decena de ellos están procesados y expuestos a penas de cárcel por denunciar ante el Congreso de los Diputados la inacción climática.

La culminación de esta escalada social son las acciones judiciales de las que la de Montana empieza a tomar, por primera vez, dimensión global.

The New York Times la considera un ensayo climático que puede provocar una cadena de casos judiciales de consecuencias imprevisibles en todo el mundo, porque las instituciones son legalmente vulnerables, por acción u omisión, ante el Rumbo al ecocidio que hemos emprendido, según explica el histórico científico español de la FAO, José Esquinas, en su reciente libro (Espasa Calpe, 2023).