Switfair, propietaria del avión accidentado en Gossi, en el este de Mali, afirmó en un comunicado que desde su fundación ha operado sus vuelos sin accidente alguno debido a "que la seguridad siempre ha sido su prioridad" y que cumple todas las normativas. Además, aseguró que Agustín Comerón, comandante del avión accidentado y la copiloto, Isabel Gost, acumulaban un total de 14.200 y 6.200 horas de vuelo, respectivamente, en el mismo tipo de avión que el accidentado.

La empresa explicó que el aparato, un MD-82, con matricula EC-LTV, tenía una antigüedad de 18 años y había pasado con normalidad todas las revisiones. La compañía dijo que no va a hacer conjeturas sobre las causas del accidente y que serán las autoridades de la Comisión de Investigación de los países competentes las que las determinen una vez analizada la información de las cajas negras y todos los datos del accidente.

Swiftair, explica, fue fundada en 1986 y cuenta con una flota de 44 aviones y 560 empleados y su negocio está enfocado a clientes corporativos y operadores que son los encargados de gestionar las mercancías y billetes de clientes final. Su actividad se centra especialmente en Europa Occidental y África y sus aviones vuelan una media de 38.000 horas anuales y sin ningún incidente. Entre sus clientes de transporte de carga están DHL y Fedex para los que acumula unos niveles de fiabilidad superiores al 99 por ciento.

En transporte de pasaje, ha dado servicios a la Organización de Naciones Unidas y es una de las pocas compañías cualificadas por la ONU para el transporte de trabajadores dedicados a ayuda humanitaria, tropas y miembros de su secretaría general.

El pasado 22 de julio, la Dirección General de Aviación Francesa efectuó al aparato un MD83 una inspección en rampa en el aeropuerto de Marsella y "no se registró ninguna discrepancia relevante", según informó el viernes la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Desde 2013, la compañía ha sido sometida a 33 inspecciones sobre requisitos de operaciones en vuelo, entre los que se incluye la formación y capacitación de los pilotos, y a 31 sobre los requisitos de aeronavegabilidad, con resultados "satisfactorios".

El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) denunció el año pasado en su revista Mach82 que "Swiftair institucionaliza la precariedad laboral" y denunció a la aerolínea por aplicar una "política" de ahorro de costes "a costa de precarizar al límite la profesión de piloto" con el consiguiente riesgo para la seguridad aérea. "Menos de 12.000 euros al año, algo inaudito en el mundo de la aviación", aseguraba el sindicato, que añadía que "la calidad de la operación aérea depende en gran parte del nivel de las condiciones laborales que se ofrezcan".