­Un juzgado de Palma ha condenado a una pena de multa a un conductor que arrolló mortalmente a una niña de tres años cuando paseaba en cochecito con su madre en el barrio de sa Vileta, en la ciudad, en septiembre de 2011. El magistrado le ha impuesto dos meses de multa a razón de 20 euros diarios y la privación del derecho a conducir vehículos durante tres meses por una falta de homicidio imprudente.

La sentencia considera que no se trata de un delito, si bien destaca que los hechos están en la frontera entre la gravedad y la levedad, ya que el sospechoso circulaba a velocidad excesiva a 60 kilómetros por hora en una zona cuyo límite son 40. El juez se decanta por una imprudencia leve en una interpretación favorable al reo, pero castiga la falta con el límite máximo ya que linda la gravedad.

El magistrado señala que, pese a que el acusado dio positivo en la prueba de alcoholemia, con una tasa de 0,52 mg/l de aire espirado, no queda probado que condujera afectado bajo la real y efectiva influencia del alcohol. Además, perdió el control de su coche por culpa de otro turismo que no respetó la señal de ceda el paso en un cruce y colisionó contra él. A este segundo conductor, el juez le impone un mes de multa a razón de tres euros diarios por otra falta de homicidio por imprudencia.

Los hechos ocurrieron poco antes de la diez de la mañana del 22 de septiembre de 2011 cuando el principal acusado, de 40 años, circulaba en un Mini por la calle Ciri de Palma, en sentido al Camí de sa Vileta. Al salir de una curva y ver que el semáforo antes de un cruce se ponía en ámbar, aceleró hasta los 60 km/h para pasar la intersección con la calle Santa Ponça, pero un Seat Ibiza sobrepasó el ceda el paso y colisionó contra la rueda trasera izquierda del Mini.

Debido al leve impacto, el imputado perdió el control del Mini, que chocó contra un muro de la calle Ciri y contra una farola que derribó. El coche finalmente volcó, pero antes arrolló a una niña de tres años que estaba sentada en un carrito que empujaba su madre. La menor murió de inmediato por un traumatismo craneal severo.

El conductor se sometió a la prueba de alcohol y dio positivo (tasas de 0,52 y 0,45). El imputado indemnizó a la familia de la niña y mostró su pesar por lo ocurrido mediante una carta y en el juicio.