Rafael Santandreu: "La clave de la felicidad es saber sacarse presión en todo"

Su nuevo libro No hagas montañas de granos de arena es una invitación a reeducar la mente para conseguir el bienestar personal. Mañana el autor desgranará las técnicas para relativizar las dificultades de la vida en el club Diario de Mallorca

El psicólogo Rafael Santandreu aboga por dar menos importancia a los problemas y centrarse en lo verdaderamente significativo.

El psicólogo Rafael Santandreu aboga por dar menos importancia a los problemas y centrarse en lo verdaderamente significativo. / DM

La obra «No hagas montañas de granos de arena» (Grijalbo) es un canto a evitar crear montañas de problemas a partir de pequeños contratiempos. ¿Por qué considera que la mayoría de personas magnifican las dificultades del día a día?

Magnificar los problemas es un hábito en el que caemos por diferentes razones. A veces, solo por contagio: todo el mundo se queja y nos sumamos a ello. Otras veces, creemos que la híper-exigencia nos conducirá al éxito. Pero la verdad es que es un hábito pernicioso que nos hará infelices, nos agotará y nos bloqueará. En gran medida, la clave de la felicidad es saber sacarse presión: en todo.

Usted sostiene que las personas más fuertes y felices son aquellas que no dramatizan ante las adversidades, logrando así minimizar las emociones negativas que experimentan. ¿Qué técnicas aconseja?

Existe un entrenamiento comprobado que nos permite transformar nuestro diálogo interno para volverlo amable, alegre y positivo. Se llama psicología cognitiva y hay más de 2.000 estudios que lo avalan. Básicamente, tendrás que revisar lo que te dices a ti mismo -todos los días- cuando te suceden pequeñas o grandes adversidades, como pisar una caca de perro. Poco a poco, tus emociones irán suavizándose: tu cerebro irá cambiando.

La realidad estresante que nos rodea en la sociedad actual no ayuda a tomarse las situaciones con calma. ¿De qué manera podemos liberarnos de esa tensión?

Fíjate que en tu misma pregunta ya hay un germen de neurosis: “la realidad estresante que nos rodea”. Te estás diciendo a ti misma que ahí afuera la situación es muy comprometida. A mí me gusta parafrasear a José María Aznar y afirmar que “España va demasiado bien”. ¿En qué me baso? Me comparo con mis abuelos o tatarabuelos o con países pobres; y veo en mi ciudad una cantidad de oportunidades deslumbrante. A esa sensación de que siempre nos falta algo la llamo “carienciálesis”. Cuando tienes carienciálesis, aunque seas guapo, joven, rico, famoso y talentoso, te verás lleno de carencias: un fracaso.

¿Cuáles son las cualidades de las personas más fuertes y felices que las hacen afrontar las adversidades sin dramatizar? ¿Cómo cree que lo consiguen?

Un principio fundamental es “necesitar poco”. Cada necesidad inventada es una carga. Por ejemplo, si crees que necesitas pareja para estar bien y no la tienes, te estás haciendo un desgraciado a ti mismo. La gente feliz viaja ligera de equipaje. Son como San Francisco de Asís que afirmaba: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco”. Los más fuertes solo necesitan la comida y la bebida del día. Ni siquiera salud completa.

Ha comentado en diversas ocasiones que la clave para encontrar la felicidad radica en aprender a relativizar los problemas y enfocarnos en lo que realmente importa. ¿Existen métodos para lograr ese enfoque?

Hay muchos métodos que, combinados, transforman tu mente y tu vida. Por ejemplo, pensar cada día en modelos de fortaleza emocional e intentar inspirarte en ellos. Uno de mis favoritos es mi amigo José Robles de Tenerife. José tiene ELA y no puede moverse, ni comer ni hablar. Respira por la garganta a través de un respirador y come con una sonda. Él y yo nos comunicamos gracias a un ordenador que controla con la vista. José es feliz y se considera una persona afortunada. Yo intento ser como él y no amargarme por nimiedades. A veces, aprendemos más con ejemplos que con lecturas o métodos.

Aboga por dar menos importancia a los problemas y centrarnos en lo verdaderamente significativo, lo que puede conducir a una mayor sensación de bienestar. ¿Esto se puede conseguir en una sociedad hiperconectada y súper competitiva?

Claro que sí. Con la mente bien amueblada, aprovechas las ventajas de la vida moderna y esquivas fácilmente su locura. Por ejemplo, no estar híper-conectado está chupado. Con no usar mucho el móvil, basta. ¿La competición? ¡Qué risa! Eso es solo para quien tiene muchas necesidades. Pero es cierto que para llegar a este punto habrás tenido que trabajar tu mente, tu filosofía personal a un nivel profundo. Te pongo un ejemplo, yo vivo en Barcelona, pero en mi interior, vivo en una aldea tranquila. A mí no me verás nunca corriendo: paseo por la calle, hago todo con pausa y amor; dedico mucho tiempo a la contemplación, al estudio, a la Naturaleza... Se trata de recuperar la cordura natural y el ritmo adecuado. Hago deporte pero no se me ocurriría nunca hacer triatlones o carreras por la montaña. ¿Por qué la peña se está destrozando las rodillas así? El problema es que cada vez queremos más; ya no sabemos amarnos y tratarnos bien. Pero siempre podemos recuperar la cordura. 

El psicólogo Rafael Santandreu.

El psicólogo Rafael Santandreu. / DM

Uno de los puntos destacados del libro es la importancia de la autoestima basada en el amor hacia uno mismo y hacia los demás. Las redes sociales y las nuevas tecnologías crean prototipos artificiales de personas felices. ¿Cómo podemos trascender esos estereotipos y encontrar la felicidad en lo que somos?

Hay que darse cuenta, a fondo, que lo único que da la felicidad es el amor. Si amas la vida y a los demás, disfrutarás como un enano. Creer que el éxito, la belleza o la inteligencia te va a hacer feliz es ridículo. Es como cuando eras niño y querías locamente ese cochecito teledirigido. Al cabo de tres días, estaba muerto de risa en un armario. Si lo tienes claro, no colgarás fotos absurdas en tus redes sociales. Es más, no tendrás redes sociales.

Argumenta que la verdadera felicidad no proviene de la apariencia física o el éxito material, sino de nuestra capacidad para amar y apreciar la vida en su totalidad. En un mundo altamente competitivo, ¿qué propone para conseguirlo?

Potencia tu amor por las cosas pequeñas. Tuve una vez un paciente joven que trabajaba de reponedor en un súper y se consideraba un fracasado y su trabajo, un asco. Le aseguré que a mí me encantaría trabajar de eso. ¡Y es la pura verdad! ¿Cómo que no? ¡Por favor, que nadie lo dude! Piensa en José Robles, mi amigo con ELA. Toda tarea, por minúscula que parezca, es una oportunidad para gozar, aprender, divertirse, hacer las cosas bien, ¡amar!

Además, enfatiza la importancia de rodearse de personas positivas y evitar la toxicidad en nuestro entorno. Entonces, ¿todo consiste en rodearse de las personas adecuadas que nos permitan ver la vida de manera positiva?

Lo esencial es siempre nuestra programación mental. El entorno ayuda, pero no es totalmente determinante. Incluso es bueno mantener alrededor algunas personas difíciles porque nos hacen más flexibles. Pero tampoco pases todo el tiempo con los súper quejicas porque al final te contagiarán su locura. Por otro lado, todos somos imperfectos. Así que tampoco quieras estar rodeado de personas perfectas: no existen y si existieran, serían muy aburridas.

En su libro brinda consejos prácticos para alcanzar nuestros objetivos, como aprender a focalizarnos en una meta y cultivar la perseverancia para completar lo que comenzamos. En una sociedad que ofrece muchas opciones, a veces contradictorias, ¿es posible concentrarse?

Las dos normas del abuelo Rafael para el éxito están claras: “lo que empiezo lo acabo” y “lo que dije que iba a hacer, lo hago”. Te aseguro que si no sigues estas dos normas, tu vida va a ser un caos a nivel mental y práctico. Empieza por cumplir con tu palabra en las pequeñas cosas. Por ejemplo, ¿has quedado con un amigo, pero estás cansado?: ve igualmente. ¿Has iniciado estudios de Informática?: al menos, acaba un año antes de decidir dejarlo o no. Convierte estas dos normas en tus leyes personales básicas y te aseguro que tu vida tomará un impulso definitivo.

Habla de la importancia de la honestidad. ¿En qué consiste ser honesto y cómo puede conseguirse?

Si la gente te percibe como mega honesto, querrán colaborar contigo. Y la colaboración es la base de la prosperidad. Es muy fácil timar a la gente, pero solo lo podrás hacer una vez. Tras ese timo, ya no podrás seguir haciendo negocios con esa persona. A medio plazo, te quedarás aislado y empobrecido. Ser honesto es básico para el éxito y también es inmensamente más bonito.

Apuesta por la alegría y la voluntad de hacer el bien como ingredientes esenciales para alcanzar el éxito y la plenitud en la vida. ¿Cómo se trabaja así?

Yo creo en la alegría como motor para el éxito. Lo que decía Johan Cruyff a sus jugadores: sal y disfruta. Pero a veces caemos en el error de motivarnos a través del miedo, la obligación y la preocupación. Activar la alegría en el trabajo es querer divertirse, que dé igual el resultado (ganar o perder). Es paradójico, pero solo si estás dispuesto a perder con alegría, trabajarás así, para hacer felices a los demás y a ti mismo. 

También habla de la creatividad

Cuando trabajas con alegría, aparece el goce, la creatividad y el éxito. Sin alegría y tranquilidad, no hay creatividad. Una idea realmente innovadora lo cambia todo: te hace millonario de golpe, te convierte en súper ganador. El que solo compite a base de recortar gastos para maximizar márgenes, ése sufrirá toda la vida para conseguir resultados solo mediocres.

Usted es psicólogo y está convencido de que las cosas no hay que abordarlas desde el dramatismo, sino desde la ilusión. ¿Cómo convencer de eso a una persona que pasa por una situación trágica en su vida: pérdida de un ser querido, despido del trabajo, etc?

Incluso frente a las grandes adversidades hay una manera de pensar que hace que lo llevemos mucho mejor. En el libro, hay varios testimonios que lo demuestran. Uno es Davide, un amigo mío que perdió los brazos y las piernas tras una infección brutal. Otro es José, mi amigo con ELA que mencionaba antes. Para ellos, su diálogo interno es la clave de su fortaleza y felicidad. 

Usted también es autor del best-seller «El arte de no amargarse la vida». La terapia para que no te enfades por pequeñeces y que goces de una gran autoestima. ¿Cuáles son las claves de esta terapia?

En ese otro libro explico la misma forma de terapia pero con otras aplicaciones. Por ejemplo, cómo tener los mejores amigos. La clave es pedirle a cada amigo solo lo que le es fácil dar. Y olvidarte de lo que le cuesta: de sus fallos. Y es que el amigo que se acuerda todos los años de tu cumpleaños, a ése no le pidas que lo deje todo un día a las 3 de la mañana para ir a beber contigo porque te ha dejado la novia. Y, por otro lado, el que lo dejará todo, a ése no le pidas que se acuerde de tu cumpleaños. Así, entre todos, lo tendrás todo. El fallo suele estar en ser híper exigente con nuestros amigos y pretender que sean buenos en todo, que no nos fallen nunca.