Eran las imágenes más esperadas por todos y a última hora del domingo llegaron. Es el álbum más personal de Rafa Nadal y Mery Perelló en el día que se dieron el 'sí quiero' y que a modo de agradecimiento por las muestras de cariño llegadas desde todas partes del mundo quisieron regalar; eso sí después de protagonizar una ceremonia blindada y de la que tan solo habían trascendido algunos pocos detalles.

Son dos las fotografías que la pareja facilitó ayer y que tienen al Mediterráneo como escenario incomparable En ellas se ve a unos novios felices, enamorados, que acaban de dar el paso más importante de su vida tras 14 años de relacióntras 14 años de relación. El enlace había estado oficiado por el padre Tomeu Català y contó con la presencia de los Reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofíapresencia de los Reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía.

En una de las instantáneas que firma la Fundación Rafa Nadal, se ve a los ya marido y mujer mirando al horizonte y con las manos entrelazadas; se intuyen las alianzas, probablemente de Cartier, y también se ve el ramo de flores, un bouquet romántico y sencillo a base de hortensias y paniculata.

En la segunda fotografía se puede apreciar con más detalle tanto el vestido de novia de Mery, diseñado por Rosa Clará y el traje gris y corbata del mismo tono que lució Rafa, firmado por Brunello Cucinelli.

Se rumoreaba que entre las fotografías facilitadas hubiera una con los Reyes eméritos pero, finalmente, Rafa y Mery han optado por las imágenes más personales.

Mañana de despedidas

El domingo postboda amaneció gris y ventoso en el Port de Pollença. Amenazaba lluvia pero algunos de los invitados al enlace querían apurar su estancia en la isla y optaron por desayunar en la terraza junto al mar. Madrid tampoco compite en vistas. Francisco de Bergia, patrono de la Fundación Nadal, decidió dar un pequeño paseo con su mujer, Blanca Sada. "La verdad es que lo tenían todo controlado", comentó acerca de la boda. Le siguieron en sus pasos Manuel Piñera Gil-Delgado y su esposa Mayte García, mucho más descriptiva en cuanto a los detalles. "Disfrutamos muchísimo porque el tiempo acompañó. Estaba muy bien organizado y muy bien decorado. Y nos gustó el menú, delicioso". El empresario Richard Mille fue más allá. "Nadal es como si fuera mi familia, así que ha sido todo fantástico. Orgullo de haber estado en un momento como este".

El trasiego de maletas y fundas protectoras de vestidos y trajes era una constante. La esposa de David Ferrer, Marta Tornel, aún andaba dándole vueltas al hecho de haber sido la única invitada con pamela. Pero se tranquilizó al saber que, por protocolo, no se había equivocado sino todo lo contrario.

Mientras, Juan Suasi, uno de los mejores amigos del novio y testigo del enlace, se sacudía la resaca como podía y declaraba que "no podía revelar ningún detalle de lo ocurrido en el interior de la Fortalesa por expreso deseo de los novios". Junto a otros íntimos, abandonaron el hotel en torno a la una para comer con los ya recién casados en el interior de la finca. Intentaron esquivar a los medios, pero no lo lograron.

Más accesibles, los padres de Rafa Nadal. Fue una sorpresa encontrarlos en el Illa d'Or. Tras abandonar una fiesta que se prolongó hasta la una de la madrugada, los familiares más cercanos descansaron en este establecimiento. Lo hizo también su hija, Maribel, que estuvo acompañada por su novio, Pep Juaneda.

"Estamos emocionados, la ceremonia fue preciosa", fueron las únicas palabras que logramos arrancarle a Aina Maria Parera, orgullosa madrina. Más escueto, Sebastià Nadal: "Todo muy bien, gracias". Y así, a cuentagotas, el fin de semana de gala de la familia Nadal-Perelló llegó a su fin.

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