-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Cuántos cerdos ha matado ya?"

-Más de 200 cerdos metafísicos en la función, y medio cerdo físico con mi primo porque, después de Acorar, di un paso al frente y tomé el relevo de las matances.

-¿Hay que seguir matando cerdos?

-Hemos de seguir matando cerdos, físicos y metafóricos. Las matances han de continuar si tienen sentido, si nos permiten sobrevivir como pueblo, si le damos vigencia al ritual. De lo contrario, no pasa nada si desaparecen.

-¿El éxito de ´Acorar´ ha sorprendido al propio actor/autor?

-Evidentemente, y a quienes le rodean. Acorar fue pensado como un pequeño gesto de supervivencia, en un momento en que la vida teatral había desaparecido. Nunca pensé que fueran reflexiones tan compartidas, todo cambió cuando, un mes después del estreno, se formó una cola junto al teatro en la segunda función de Sa Pobla.

-¿Le ha superado el impacto de ´Acorar´?

-En algunos momentos sí. Te citan frases del texto, lo convierten en un símbolo, o ves pancartas con la leyenda "Bauzá, ets sobrassada blanca" en la manifestación del 29 de septiembre contra el TIL.

-Usted aprovecha el espectáculo para manifestarse contra el TIL.

-Una vez que acaba el espectáculo, que he saludado y he recibido los aplausos, me pronuncio a favor de una enseñanza pública de calidad, y el TIL no lo es. Recibo reacciones de agradecimiento, después de estos dos últimos meses de intransigencia y de diálogo imposible.

-¿Quién ha visto ´Acorar´ más veces?

-Hay personas que me han dicho que lo han visto hasta siete veces. Lo normal es dos, "la primera para reír y la segunda para escuchar".

-Por tanto, el público quiere teatro, pero no según qué teatro.

-En Mallorca funcionan los espectáculos que hablan de nosotros. Xesc Forteza gustaba porque el espectador se reconocía en los personajes, tenemos poca capacidad de abstracción. Acorar ha roto el techo del público de teatro y el de matances. Una parte de mallorquines se han reconciliado con el hecho teatral, que a partir de ahora verán con otros ojos.

-´Acorar´ también es una venganza del actor contra los autores, escribir no es tan difícil.

-De ninguna manera, escribir es muy difícil. No sé si habrá una segunda obra, porque Acorar fue un vómito o eyaculación y me siento absolutamente vacío. Quizás en otros cuarenta años, pero que la inspiración nos pille trabajando sin presiones.

-¿Se puede matar a un animal con respeto?

-"Deja esto, solo sirve para hacer daño al animal", "violencia genera violencia, el respeto genera obediencia", "el momento rapidísimo de morir llega con más dignidad y con más paz con el cerdo en el aire". El dueño del cerdo siente pena, es el mal necesario para conseguir alimento. En la cultura mallorquina no torturamos previamente al animal y Acorar demuestra que el pasado de las matances no era mejor.

-Usted habla mucho con las manos.

-O demasiado. Soy muy hablador, moriré como un pez..

-El espectáculo le pertenece, podría improvisar.

-No, porque me desconcentraría. Mi esfuerzo consiste en hacer Acorar igual que el primer día, No he introducido cambios en el texto, aunque a menudo me dicen que "esto no estaba antes".

-¿Han entendido ´Acorar´ en Cataluña, donde tienen cerdos diferentes?

-Lo han entendido, y sus cerdos son más parecidos a los nuestros de lo que pensamos. En un principio les atrae el exotismo y el léxico, pero se sienten identificados a partir de la mitad del espectáculo.

-Todo lo que haga a partir de ahora no se medirá con Antoni Gomila, sino con ´Acorar´.

-Viviré toda la vida a la sombra de Acorar que, como una encina en verano, proporciona un frescor precioso. He de seguir sin obsesionarme, no tengo que superarlo.

-Han hecho coincidir su ´Herodes rei´ con el juicio de Matas.

-Es difícil no coincidir, porque continuamente hay juicios a Matas, que antes se llamaba Cañellas y no sabemos qué nombre tendrá en el futuro.

-Sólo debe comentarse el físico de las mujeres, pero el suyo es peculiar.

-Simó Andreu me dijo: "Toni, para que puedas hacer de feo, lo has de ser". Para él se trata de un valor añadido. Pierdo intimidad, porque se me reconoce con barba, sombrero y gafas de sol.

-Su segundo apellido es Nadal, de los Nadal de toda la vida.

-Sí, pero mi segunda cuenta corriente no coincide con la del tenista. El entorno de Rafel Nadal serviría para un montaje teatral, porque es más tragicómico. Las buenas personas dan poco juego.