Fútbol

Silbidos al Mallorca y aplausos para Luis García Plaza

Son Moix pita a los jugadores y Javier Aguirre tras empatar ante el Alavés y ovaciona al extrenador bermellón en su regreso a la isla

Luis García Plaza agradece los aplausos de los aficionados del Mallorca en Son Moix.

Luis García Plaza agradece los aplausos de los aficionados del Mallorca en Son Moix. / EFE

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

«Aquí fui muy feliz, como también lo soy en Vitoria. Es verdad, me he emocionado. Para mí es un honor y un placer volver. He notado que el público me quiere y me he emocionado», dijo Luis García Plaza al final del encuentro entre el RCD Mallorca y el Alavés. El exentrenador bermellón y actual técnico del conjunto vitoriano fue ovacionado por los aficionados mallorquinistas antes y después del partido, que acabó con un resultado de empate a cero. Unos seguidores rojillos que no dudaron al mismo tiempo en mostrar su enfado con el juego del equipo y Javier Aguirre mediante silbidos. 

La vida al revés en el Mallorca. Ya a la llegada del autobús de la expedición del Alavés al estadio fueron numerosos los mallorquinistas que quisieron agradecer el trabajo prestado a Luis García, recibiéndolo con aplausos. Para el técnico madrileño, que fue destituido por los malos resultados y sustituido por Aguirre, volver a la isla era regresar a un lugar muy especial para él. 

Poco antes del inicio del partido, con los jugadores de ambos equipo ya sobre el verde, el entrenador del Alavés no dudó en salir del banquillo y agradecer con gestos los aplausos desde la grada. 

Al final del encuentro, cuando los futbolistas de uno y otro equipo ya habían abandonado el campo, Luis García se metió unos metros en el terreno de juego y grada por grada, fue agradeciendo los aplausos a los pocos aficionados del Mallorca que todavía permanecían en el recinto. Visiblemente emocionado, se despidió de la que fue su casa durante una temporada y media, con un ascenso de Segunda a Primera. 

La despedida con honores a Luis García contrastó con los silbidos y abucheos a los jugadores del Mallorca, en especial cuando se juntaron en el centro del campo para aplaudir a los aficionados. Durante todo el partido, sobre todo en la primera mitad, los errores fueron condenados con pitos desde la grada. La paciencia de Son Moix cada vez es menor con el mexicano y sus pupilos, y ayer ante el Alavés fue la primera vez en mucho tiempo que alzaron la voz contra los suyos.