Fútbol

Opinión | Y porque el Girona puso el freno de mano

Amath intenta arrebatar el balón a Yan Couto.

Amath intenta arrebatar el balón a Yan Couto. / Efe

Ricard Cabot

Ricard Cabot

Si por toda explicación al descalabro de Montilivi, a Javier Aguirre solo se le ocurre decir que la culpa es suya y que se equivocó en el planteamiento, el Mallorca tiene un problema. Y de los gordos. Es inadmisible, y no viene de ayer, el juego mostrado por el equipo en este comienzo de temporada. No juega a nada, ni con cinco ni con cuatro defensas. Hizo al Girona mejor de lo que es, siendo muy bueno. El quinto gol de los catalanes, con nueve toques y con los jugadores del Mallorca como privilegiados espectadores, es para hacérselo mirar. A Aguirre se le agota el discurso y empieza a estar superado por los acontecimientos.

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