Fútbol

Un pésimo Mallorca se la pega en su estreno en Son Moix

Un gol de Gerard Moreno a la hora de partido frustra a un decepcionante equipo rojillo, víctima del planteamiento conservador de Javier Aguirre

Ricard Cabot

Ricard Cabot

Sin una pizca de ambición se hace muy dfícil ganar un partido. Puedes empatarlo, pero lo normal es que lo pierdas, como le ha ocurrido al Mallorca este viernes ante el Villarreal (0-1), en el estreno en Son Moix esta temporada. El equipo rojillo, víctima del planteamiento conservador de Javier Aguirre, ha sido superado en todo momento por un rival que, sin hacer nada del otro mundo, se ha mostrado muy superior. El Mallorca no ha inquietado ni una sola vez a Jorgensen, guardameta del 'submarino amarillo', lo que dice mucho de lo que ha sido el partido. Para más inri, el capitán Raíllo ha abandonado el campo en camilla por una torcedura de tobillo al filo del descanso, lo que ha complicado más las cosas. El Mallorca más ilusionante en años deberá mejorar mucho para pensar en sumar de tres en tres.

 La primera parte ha quedado marcada por la lesión de Raíllo en el minuto 42, cuando en una disputa con Sorloth, su tobillo izquierdo ha quedado mal parado. Ha abandonado el terreno de juego en camilla entre los aplausos de la afición, preocupado por el alcance de la lesión. Buena pinta no tiene. Gio, titular en Las Palmas, entró en su lugar.

Esto ocurrió al final del primer tiempo. En el inicio, en el primer minuto, el Mallorca ha quedado lastrado por la tarjeta amarilla que ha visto Omar Mascarell por una entrada a Terrats. Que el medio centro defensivo de un equipo juegue amenazado todo el partido de ver una segunda es un hándicap demasiado complicado. El ex jugador del Elche ha seguido con su intensidad habitual, como muy convencido de sus posibilidades.

La primera parte ha sido una tortura. Lo poco que ocurrió fue en el área de Rajkovic, que se llevó dos sustos, a sendos disparos de Álex Baena en los minutos 30 y 38. Al margen de la lesión de Raíllo, nada más reseñable ha ocurrido, salvo los aplausos a Sergi Darder cuando se puso a calentar a diez minutos del descanso. La ausencia en el once del jugador de Artà fue una sorpresa, desagradable para los amantes del buen fútbol, sobre todo porque Aguirre confirmó su titularidad en la víspera. Inexplicable. Con o sin Darder, la propuesta futbolística es diametralmente opuesta. Con el exjugador del Espanyol en el banquillo, no se sabe a lo que juega el Mallorca. Talvez a confiar en mantener la portería a cero, porque ofensivamente se muestra desesperantemente nulo. No hay por dónde cogerlo.

La primera parte ha sido una tortura, con un Mallorca que no ha ofrecido nada y que, para más inri, ha perdido a Raíllo, lesionado en un tobillo

Por eso, con Darder en el campo, donde debe estar, el Mallorca fue otro. o al menos lo intentó. El artanenc entró por Amah y Samu Costa por Morlanes. Estaba claro que a Aguirre no le había gustado lo que había visto. Como a nadie en el estadio y delante del televisor. Cinco minutos se ha demorado Darder en demostrar su calidad al superar a tres rivales y provocando la amarilla a Baena.

Empezaban a pasar cosas. Como que a Gerard Moreno se le anulara un gol a los siete minutos de esta segunda parte por unas manos en una contra al rechace de Rajkovic. El Villarreal no se conformaba con el empate. Y ha obtenido premio al cuarto de hora. Con fortuna, pero nadie puede decir que inmerecido. Un saque de esquina ha rebotado en el hombro de Muriqi, que ha obligado a Rajkovic a un despeje que ha quedado muerto en los pies del más peligroso, y del más listo, Gerard Moreno. Aguirre ha dado entrada a Larín por Dani Rodríguez, un cambio a la desesperada cuando todavía faltaba media hora. La propuesta utilizada hasta aquel momento se había ido al garete. Quedaba media hora para el final, pero el Mallorca no daba síntomas de recuperación. Al contrario. Rajkovic evitó un autogol de Gio. Daba la impresión de que los de Aguirre tampoco respondían físicamente, superados por un rival que fue mejor de principio a fin.

No había nada que hacer. Faltaban ideas y el físico no daba para más ante un rival siempre muy bien puesto sobre el terreno de juego. Larin lo ha intentado en dos ocasiones, pero sus remates nunca fueron entre los tres palos. Sí los del Villarreal, pero se encontraron con Rajkovic, de lo poco que se salvó de un Mallorca que tiene muchos deberes por hacer en este inicio de temporada.