OPINIÓN

Cinco de cinco y con cero goles, por Toni Ruiz

Kang trata de controlar un balón en el encuentro frente al Sevilla.

Kang trata de controlar un balón en el encuentro frente al Sevilla. / RCDM

Toni Ruiz

Está tan decepcionado Aguirre con el rendimiento de su equipo lejos de Son Moix, que ha olvidado que no eran tres sino cuatro las derrotas consecutivas que acumulaba el Mallorca: ante Cádiz, Osasuna y Getafe en LaLiga y ante la Real Sociedad en la Copa. A ello hay que sumar la de Sevilla. Ya van cinco, y lo más grave, cinco derrotas sin haber sumado un solo gol en los desplazamientos, pese a acabar como ayer con cinco delanteros sobre el campo.

El nuevo desastre se cimentó como ha ocurrido otras veces en una primera mitad desastrosa, en la que el equipo cedió toda la iniciativa al Sevilla, que llegaba con la imperiosa necesidad de sumar los puntos, algo que en muchas ocasiones suele jugar en contra del equipo que lo padece. Los andaluces salieron con una marcha de más, hipermotivados. Los del Mallorca, a verlas venir, un espejismo de la actitud con la que enfrentaron hace menos de siete días su partido contra el Real Madrid. Presión a destiempo y pérdida de todos los balones divididos. Sampaoli le buscó las cosquillas al esquema de Aguirre por las bandas con las aportaciones de Bryan Gil, reconvertido en lateral, pero jugando como un extremo al igual que Navas.

En el centro del campo, el amo y señor fue Pape Gueye, al que nunca supo encimar la pareja Baba-Galarreta y que fue quien a la postre serviría el balón que permitiría a En-Nesyri romper el muro mallorquín. El escenario habría cambiado tal vez si Badé hubiera sido expulsado, pero el guión del partido ya estaba más que decidido. Los milagros se dan pocas veces en el fútbol y sacar a Abdón para jugar solo seis minutos, se merece mucho más, es solo una medida desesperada. Solo nos queda mantener la fortaleza que se tiene en Son Moix.

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