Fútbol

Nuevo esperpento del Mallorca lejos de Palma

El equipo de Aguirre repite en Sevilla sus decepcionantes actuaciones a domicilio y pierde con toda justicia tras un partido plagado de errores en defensa y nulo en ataque

El debutante Augustinsson intenta cortar un avance de Navas.

El debutante Augustinsson intenta cortar un avance de Navas. / Efe

Ricard Cabot

Ricard Cabot

Por si quedaba alguna duda, el Mallorca tiene dos caras, la de Son Moix, alegre, competitivo, incómodo para cualquier rival, y la de los desplazamientos, un equipo triste, entregado y sin chispa. Esta es la versión que se ha visto esta tarde en Sevilla, una tarde para olvidar, como tantas otras del equipo lejos de Palma (2-0).

Dijo Javier Aguirre en la previa que las tres derrotas consecutivas fuera (Getafe, Osasuna y Cádiz) no se le han olvidado. Nadie lo diría después del nuevo despropósito en el Sánchez Pizjuán ante un Sevilla que desde el pitido inicial se vio que era el que realmente se jugaba el cuello. El Mallorca afronta los partidos fuera con la tranquilidad que le da la victoria la semana anterior en casa, la última nada menos que ante el Real Madrid. Una tranquilidad que no es difícil confundir con relajación. Los jugadores entran al campo, y hoy no ha sido una excepción, como dormidos, sin la tensión mínima exigible en unos profesionales de primer nivel. Deben pensar los jugadores que los 28 puntos dan para tomarse algún partido a la bartola, que ya jugaremos en casa y volveremos a sumar de tres. Errónea forma de pensar porque no siempre ganará el equipo ante su afición. Como ocurrió en Cádiz hace quince días, se presentaba una ocasión inmejorable para jugar con los nervios de un rival que está con la soga al cuello, rozando las plazas de descenso y al que se le podía haber dado una estocada, si no definitiva, sí importante que le hubiera dejado muy tocado.

Todo el partido ha sido lamentable, del primer al último minuto. En la primera parte el conjunto de Nervión podría haber jugado sin guardameta. Ni una sola vez ha sido exigido Bono ante un Mallorca inexistente en ataque. En defensa no ha sido mucho mejor y si los locales no se han adelantado antes en el marcador ha sido gracias a Rajkovic, que a los 22 minutos se ha lucido a un remate de cabeza de En-Nesyri poniendo una mano magistral para enviar a córner. Cinco minutos después no ha podido evitar el primer gol, obra del delantero marroquí, que ha aprovechado un gran pase en largo de Gueye para irse en velocidad de un Valjent lento y batir por bajo a un Rajkovic que podría haber hecho algo más. Empieza a ser preocupante lo de Valjent, que sale en muchas de las fotos de los goles que encaja el Mallorca.

Con el marcador en contra, el equipo de Aguirre no ha reaccionado. Es más, ha ido a peor, si es que se podía. Gueye ha dado el susto dos minutos después de gol con un cabezazo alto; en el 33 Rajkovic para a En-Nesyri y en el 37 de nuevo Gueye ha rematado de tiro cruzado. Tanta insistencia del equipo de Sampaoli solo podía acabar en gol. Y llegó en el 39 en otro fallo garrafal de la defensa rojilla. Un centro de Navas a la olla, sin que Augustinsson, sustituto del sancionado Jaume Costa, fue despejado como un infantil por Nastasic. El balón ya se colaba pero Bryan Gil remató para que no quedara ninguna duda. Dos goles abajo antes del descanso. Misión imposible, vistos los antecedentes.

Aguirre y el equipo han de recapacitar. No se puede ir de esta manera por los campos de Primera

Veinte minutos ha tardado Aguirre en realizar los primeros cambios, cuando al final del primer tiempo daban ganas de sustituirlos a todos. Morlanes y Amath han entrado en el 63 por Baba y Dani, invisibles toda la primera parte, sobre todo el segundo, que da una de cal, como ante el Real Madrid, y demasiadas de arena.

El equipo reaccionó tímidamente tras el descanso, pero de forma insuficiente. No era muy difícil hacerlo algo mejor que en el primer tiempo y, con una mayor presión, consiguió al menos que el Sevilla no jugara tan cómodo. El partido pudo haber dado un giro a los tres minutos de la segunda parte si el árbitro hubiera expulsado al local Badé por claro agarrón a Muriqi cuando era el último delantero. Mientras, Bono seguía sin intervenir. A falta de veinte minutos, Aguirre ha dado entrada a Kadewere por Augustinsson, el jugador cedido por el Sevilla. Jaume Costa puede estar tranquilo. Y tardó demasiado en dar entrada a Abdón por un Valjent desafortundado. Jugar hasta el minuto 83 con tres centrales yendo con dos goles abajo en el marcador es cuando menos cuestionable.

El Mallorca ha malvivido esta segunda parte de la intensidad que le ha puesto Kang, el único que lo intentaba, ya sea con regates o faltas, como la que lanzó en el 75 y fue detenida por Bono en la que ha sido la única vez que se le ha visto exigido. El Sevilla se ha dedicado a defender la cómoda ventaja y ha conseguido su objetivo sin excesivos problemas ante un rival que no ha demostrado su cómoda clasificación. Aguirre y el equipo han de recapacitar. No se puede ir de esta manera por los campos de Primera, fiándolo todo a que Rajkovic y la seguridad defensiva valdrá para sacar al menos un punto. La cuarta derrota consecutiva a domicilio, tan justa con las tres anteriores, es un dato más que preocupante. Mientras el equipo no mejore su rendimiento lejos de Palma hay que centrarse únicamente en la permanencia. Ofensivamente es nulo y defensivamente tiene lagunas. Lo mejor que puede hacer el equipo es pasar página y pensar en el Villarreal. Afortunadamente en Son Moix.