Opinión

Un experimento fallido, por Antoni Ruiz

Grenier, durante el partido ante la Real Sociedad.

Grenier, durante el partido ante la Real Sociedad. / Europa Press

Antoni Ruiz

Encaró la eliminatoria de Copa Aguirre con el pensamiento puesto en el partido de Liga del viernes ante el Celta y decidió apostar por un equipo plagado de no habituales. Imanol también reservó a algunos jugadores. Seis titulares en la Real por solo tres del Mallorca. Dos equipos campeones de Copa en el pasado, pero de partida estaba claro quién partía con ventaja, y quién era el favorito.

El técnico rojillo optó por un once experimental, en busca de descubrir nuevos talentos y sobre todo pensando en el mínimo desgaste. La conclusión final es que los tres titulares, Copete, Valjent y Kang in Lee, cumplieron con lo que se esperaba, y que de los ocho restantes, los suplentes, muy poco hicieron para cambiar su condición.

Los cuatro primeros minutos vieron dos ocasiones de gol de la Real; el quinto el único tanto del partido, que a la postre habrá sido el que ha decidido la eliminatoria, pero no por el margen que tan tempranera situación hacia prever. Olía a goleada pero nada más lejos de la realidad.

Lo mejor del partido es que el Mallorca se mantuvo vivo hasta el minuto 96, porque la Real no encontró formas de romper la siempre rocosa defensa de los de Aguirre. El Mallorca siguió fiel a su sistema y solo se fue a por el gol del empate en los últimos veinte minutos. Resulta difícil crear ocasiones claras cuando Ángel es una isla en ataque y no hay nadie que desde atrás cocine una jugada con peligro. Tampoco es fácil poner en apuros a Remiro y su defensa, que son una de las que menos goles han encajado.

Se acaba la aventura de la Copa en la que no se acabó de poner la ilusión que se precisa. Ahora espera la Liga, que en verdad es lo que importa. Y no es una excusa. Es la realidad.

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