El exdirector general del Real Mallorca, José María Duran, puso en serio peligro la estabilidad económica de la institución al obviar de la previsión de tesorería 3,2 millones de euros que debían pagarse a los futbolistas el 1 de julio en concepto de primas por fichaje. El ´despiste´ del antiguo hombre de confianza de Biel Cerdà tuvo lugar el pasado noviembre. Los nuevos apoderados, Tolo Martorell y Miguel Blum, han reordenado la previsión de tesorería incluyendo la mencionada cantidad para evitar un colapso económico a las puertas del verano.

Al estar en concurso de acreedores en serias dificultades económicas, el Real Mallorca no tiene acceso a líneas de crédito bancarias para financiarse. Por eso resulta fundamental elaborar una previsión de tesorería completa y, sobre todo, fiel a las obligaciones de pago de la entidad.

Esos 3,2 millones de euros se los repartirán los futbolistas de la primera plantilla en concepto de primas por fichaje. Otra cosa son los premios que cobrarán en caso de ascenso y que en cada caso se tratará de una cantidad diferente al haber negociado los jugadores de manera independiente.

La maniobra del antiguo hombre de confianza de Cerdà le habría costado con toda probabilidad a la entidad bermellones entrar en números rojos y una eventual denuncia de los futbolistas al no ver satisfecho su contrato íntegramente.

El todavía presidente del Real Mallorca contrató a Durán en mayo de 2012 para cubrir la vacante dejada por Pedro Terrasa, destituido días antes a petición de Llorenç Serra Ferrer. Durán y Cerdà formaron un tándem y el director general fue percibido rápidamente como un hombre de Cerdà.

En el Consejo celebrado el pasado 9 de enero tuvo lugar un curioso cambio de cromos. Serra Ferrer logró aprobar la destitución de Durán y Cerdà la de Damon Mark, un empleado vinculado al área de márketing y muy cercano al máximo accionista. En ese mismo Consejo se nombró a Miguel Blum como nuevo director general, además de apoderado mancomunado junto con Tolo Martorell.

Los nuevos gestores están corrigiendo lo que incluso podría calificarse como gestión negligente de sus predecesores. Hay que recordar que Utz Claassen anunció el martes demandas contra Serra Ferrer, Jaume Cladera y el propio Cerdà por "gravísimas irregularidades", entre las que se incluyen gastos no autorizados ni justificados.