Economía

Un empresario alemán compra la antigua bodega Santa Catarina de Andratx, en pleno corazón de la Serra, y la reinventa como Terra Ión

La nueva propiedad, que el último año produjo más de 30.000 botellas de vino, aspira a integrarse en el entorno 'andritxol'

Los viñedos de Terra Ión

Los viñedos de Terra Ión / Cedida por Terra Ión

Redacción

Si uno recorre la carretera estrecha y sinuosa que une es Capdellà y Andratx, se adentra en un paisaje sorprendente que lleva a preguntarse si esa zona, de verdad, forma parte de los mismos municipios saturados de turismo y construcción. Es un oasis de vegetación, donde las grandes casas están, pero apenas se ven, entre tanto verde. Un oasis en que las cabras atraviesan la carretera sin pedir disculpas y en que, sobre todo en esta época, una multitud de ciclistas centroeuropeos resoplan para afrontar empinadas cuestas.

En un recodo de esa carretera, se ubicaba desde la década de los ochenta del siglo pasado las bodegas Santa Catarina, que producían miles de botellas de vino al año, de la mano de un empresario sueco afincado en la isla. Ubicada en un entorno de postal, la propiedad se convirtió en uno de los templos del vino en Mallorca. Con el paso de las décadas, siguió produciendo, pero ya a través de diferentes tipos de acuerdo con otras bodegas de la isla.

Ahora, afronta una nueva etapa, bajo la denominación de Terra Ión, tras la venta hace un par de años a un empresario alemán. Su voluntad es continuar siendo un referente en la producción vinícola y que el lugar no se convierta en un coto sólo para extranjeros millonarios, sino que sea un lugar que puedan frecuentar la población local, como remarca el director de la instalación, Álex Pujol, a modo de portavoz de la propiedad.

Yates y restaurantes

«Todo el mundo conoce a Andratx por sus villas, sus yates, sus restaurantes caros… Uno de mis objetivos era recuperar la única actividad agrícola que prácticamente quedaba en el municipio, que Andratx tuviese otra vez esta actividad», manifiesta, en declaraciones a este diario.

La propiedad, que bien podría pasar por cualquier lugar de ensueño de la Toscana o del sur de Francia, se extiende a lo largo de 25 hectáreas, de las cuales siete son las que tienen los viñedos, donde hay, sobre todo, variedades mallorquinas. «Para que fuese rentable, haría falta un mínimo de 15 hectáreas», explica Pujol, quien detalla que han llegado a acuerdos con fincas colindantes, como la de Son Bosc, para plantar dos hectáreas de variedades francesas y agrega que buscan más terrenos aún en el entorno. Las variedades locales y franceses, apunta, se suelen mezclar para «lograr un vino con más cuerpo».

Viñas

Viñas / Cedida por Terra Ión

En 2023, realizaron su segunda vendimia como Terra Ión. La campaña se saldó con la recogida de 43 toneladas de uva, que se tradujeron en 35.000 botellas de vino. «Al ser una bodega pequeña, nuestro objetivo es que la venta sea directa y en restaurantes emblemáticos del municipio», apuntan desde la dirección. Hay también de los planes de exportación a nivel europeo.

Asociada al entorno

En esta vendimia, trabajaron sobre todo residentes en Andratx, como parte de esa filosofía de Terra Ión de estar asociada a su entorno. Otra de las ideas de cara al futuro es organizar visitas escolares de centros del municipio. «No queremos que funcione de espaldas a los vecinos», remarcan desde la bodega. La instalación cuenta con una decena de trabajadores, que se eleva en la época de la recogida de la uva. Entre ellos, figura un joven enólogo, Domenic Amat, de 27 años, que se encarga de supervisar, con atención de cirujano, el estado de las viñas.

Los nuevos propietarios hicieron una inversión millonaria para poner a punto las instalaciones. Cuenta con una nave agrícola, donde se guarda toda la maquinaria, y con una bodega que está dividida en dos espacios. Uno de ellos para la recepción de la uva prensada y otra sala de depósitos para la fermentación y la estabilización del vino. También hay un sótano para la crianza del vino.

Tras el cambio de propiedad, Terra Ión se marca como objetivo inmediato «conseguir que más gente conozca» este lugar, un oasis del vino en la Serra.

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