Fornalutx

Fornalutx estrena su nuevo ayuntamiento

La casa consistorial de estreno se ubica en Can Xoroi, en la calle sa Font y ha permitido ganar espacio para los servicios municipales

Interior del nuevo ayuntamiento

Interior del nuevo ayuntamiento / Joan Mora

Hace ya algunos días que en el emblemático edificio de la calle Vicari Solivellas donde históricamente se situaba el ayuntamiento de Fornalutx no hay actividad administrativa ni política, a pesar de que en lo alto de la torre de defensa aún ondean las cuatro banderas que identifican el inmueble como un edificio oficial. Girando la esquina y a pocos pasos del edificio que hasta ahora ha cumplido las funciones de casa consistorial, se encuentra la nueva sede municipal: Can Xoroi, en la calle Sa Font número 8.

Todavía falta colocar las banderas en su fachada. Al no haber balcón, se ha tenido que habilitar una estructura de hierro para sostenerlas, pero, a pesar de esta carencia, en su interior la actividad ya es la normal de cualquier ayuntamiento. La planta baja lleva años ocupada por la exposición permanente de tejas pintadas, y también está la almazara y el jardín posterior, donde se celebran diversas actividades, como la última fiesta de Carnaval. Las dependencias administrativas se sitúan, por tanto, en la primera y la segunda planta del gran edificio de Can Xoroi, y se puede acceder tanto por la escalera como por el ascensor.

El alcalde de Fornalutx, Xisco Marroig, ya ocupa su despacho al llegar al primer piso del nuevo ayuntamiento. Destaca que todo el edificio es accesible y no tiene barreras arquitectónicas, la gran asignatura pendiente del anterior ayuntamiento; y también que hay espacio suficiente para todos los servicios, el otro gran problema de la antigua ubicación. Justo al llegar al primer piso hay un área de recepción abierta, con sala de espera, y el despacho del alcalde. Al otro lado está la nueva sala de plenos, que también podrá utilizarse para otras actividades que deban tener público, y los despachos de la administrativa y la secretaria.

La fachada de la nueva sede consistorial.

La fachada de la nueva sede consistorial. / J. Mora

Porches de la casa

En cada planta hay servicios. En la planta superior, donde había los porches de la casa, hay una sala de reuniones, dos despachos para el ingeniero y el arquitecto, un despacho de servicios sociales, el archivo municipal y una sala de máquinas. Todos los despachos ya están plenamente operativos, con mesas, sillas y los ordenadores funcionando, aunque todavía falta trasladar parte del mobiliario del antiguo ayuntamiento y, sobre todo, el archivo.

En Can Xoroi se ha llevado a cabo una restauración muy ambiciosa, pero a la vez austera. Se ha respetado la antigua configuración del edificio y se han conservado las ventanas de madera y los azulejos hidráulicos, de manera que el edificio continúa teniendo la pátina de un inmueble antiguo y rural. Las paredes son blancas y están ocupadas por algunos, pero no muchos, de los cuadros que colgaban en las paredes del antiguo ayuntamiento.

El alcalde Marroig explica que, cuando se haya procedido al traslado definitivo del mobiliario y el archivo, organizará una jornada de puertas abiertas para que todo el pueblo pueda conocer de primera mano las nuevas dependencias municipales y familiarizarse con ellas. Justifica el cambio de edificio consistorial sobre todo por el hecho de que la entidad municipal ha ido creciendo a lo largo de los años y que actualmente era imposible dar un buen servicio con las limitaciones de espacio del anterior edificio. Aprovecha para explicar que la adaptación de Can Xoroi para acoger las dependencias municipales ha sido muy complicada y rodeada de los obstáculos propios de un edificio antiguo, y explica que fue durante la pandemia cuando se decidió a emprender la recta final de las obras y realizar el traslado.

Fue en septiembre de 2001 (hace más de 22 años) cuando ayuntamiento y Govern balear firmaron un convenio para la compra del casal de Can Xoroi. El alcalde Salvador Sastre y el president Francesc Antich firmaron un acuerdo según el cual la administración autonómica se comprometía a aportar 204 millones de pesetas (1.226.000 euros) en 17 años para la adquisición del casal. Inicialmente se hablaba de dedicarlo a museo del aceite pero finalmente acoge el nuevo ayuntamiento de Fornalutx.