Lletra menuda

Lletra menuda: Los destrozos se convierten en algo habitual

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Además de haber aumentado su capacidad destructiva, los temporales de finales de verano han adquirido la mala costumbre de caer y cebarse con lugares inapropiados que son prácticamente todos. Nunca ha llovido a satisfacción plena, pero ahora lo hace a disgusto de la inmensa mayoría, así que habrá que aprender a convivir con esa dañina realidad. Hay lugares de Mallorca que todavía no se han repuesto de tormentas desbocadas precedentes y en los dos últimos fines de semana han visto cómo la lluvia y el viento se volvían a encaprichar con ellos. Las tareas de reparación y prevención se convierten, a este paso, en una constante. Bueno, la prevención no tanto, porque si el director de Emergencias está en un bar mientras cae la gota gorda y demasiados empresarios ni se molestan en retirar las terrazas de primera línea de costa ignorando las alertas, significa que falta concienciación y mucho por hacer. Administraciones y particulares debemos aprender a lidiar con el temporal de cada año.

Suscríbete para seguir leyendo