Los ‘ángeles de la guarda’ que protegen es Caló des Moro, una de las playas más masificadas de Mallorca

«Es frustrante que sólo se hable de la masificación y que no se dé voz a las pequeñas aportaciones que hacemos algunos», aseguran los Ohem, dueños de la finca desde 1998

Tareas de replantación en el entorno de es Caló des Moro.|

Tareas de replantación en el entorno de es Caló des Moro.| / i.moure. santanyí

Iñaki Moure

Iñaki Moure

Es Caló des Moro, en Santanyí, ha sido noticia en los últimos años por muchas cosas, como éstas a modo de ejemplo: su irrupción en el panteón turístico de sitios que no conviene perderse si uno visita Mallorca; instagramers e influencers varios graznando en redes sus bondades para desesperación de los residentes que no quieren que se le dé más publicidad; sus colas kilométricas para entrar y las quejas vecinales por una masificación que parece no entender de límites.

Sin embargo, hay un aspecto menos conocido de es Caló des Moro y es la función que cumplen los propietarios alemanes (la familia Oehm) de la finca de 40.000 metros cuadrados que rodea a este pequeño arenal; unos dueños que, desde hace más de dos décadas, se dedican a la preservación de este coqueto rincón del litoral, amenazado cada vez más por la presión humana.

Basura recogida por la entidad.

Basura recogida por la entidad. / i.moure. santanyí

Finales de los noventa

En los primeros años (finales de la década de los noventa) lo asumieron como un esfuerzo familiar en solitario, pero después, a partir de 2014, canalizaron esa misión conservacionista a través de la creación de una fundación (Amics Caló des Moro) que cuenta actualmente con 75 miembros, la mayoría de los cuales son vecinos alemanes de la zona.

Sus tareas de preservación son variadas. Se encargan de cuidar la vegetación plantando palmito, pino real o sabinas, que son especies autóctonas que pueden adaptarse mejor en un futuro a la falta de agua. Esta entidad recoge también la basura que dejan los bañistas.

Como explica Alice Emily Oehm, que es una de los dos hijas de los propietarios de la finca y que ejerce de portavoz de la familia, de media pueden llegar a recoger hasta dos bolsas grandes de desechos, entre los que abundan los cigarrillos, los restos de flotadores y objetos de higiene personal. Además, explica que tienen contratado a un guarda para asegurar la limpieza diaria y la seguridad de los visitantes.

La familia Oehm

La familia Oehm / Fundación Amics Caló des MOro

Otra de las actuaciones que han llevado a cabo, agrega, es la colocación de una especie de caja en el arenal que sirve para que los bañistas se sacudan la arena antes de irse. De esta forma, se contribuye a evitar la erosión que está sufriendo la playa en los últimos años.

Una «frustración»

«Son muchos los periodistas que han escrito sobre lo masificada que está la cala (3.000 personas al día), las horas de cola para llegar y el poco espacio que hay»

«Nos gustaría concienciar a la gente de nuestra aportación y que quede constancia de nuestro esfuerzo. Es frustrante que sólo se hable de la masificación y que no se dé voz a las pequeñas aportaciones que hacemos algunos», añade esta joven.

«Nos gustaría concienciar a la gente de nuestra aportación y que quede constancia de nuestro esfuerzo. Es frustrante que sólo se hable de la masificación y que no se dé voz a las pequeñas aportaciones que hacemos algunos»

Alice Emily Oehm

En estos años, según refiere, han realizado también una importante labor para prevenir incendios forestales. Sólo este año, han actuado para parar desde el inicio tres conatos de fuegos, mientras que en 2009 consiguieron frenar un incendio de mayores dimensiones.

«Entiendo la frustración de los vecinos por la masificación. Yo también soy mallorquina y la sufro. He notado el cambio en los últimos 10 años, con el boom de Instagram», asevera.

La fundación asegura tener buenas relaciones con el actual presidente del Consell, Llorenç Galmés, de cuando era alcalde de Santanyí, así como con la alcaldesa actual, Maria Pons.

En todo caso, esta representante de la familia Oehm confía en una mayor implicación de las administraciones públicas y asegura que, actualmente, existe una especie de indefinición sobre las competencias de custodia de este punto del litoral. «Nosotros seguiremos haciendo lo que hacemos. Es una responsabilidad medioambiental», subraya.

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