Antoni Soler, la historia de un pistolero propia de una novela negra

Antoni Soler, “el Mallorquí” (1882-1920) Biografía de un pistolero es la última obra de llorencí, Josep Cortès Servera, que se presentará este lunes a las 20 horas en el Espai 36 de Sant Llorenç. Se trata de la historia biográfica de un vecino de Sant Llorenç des Cardassar, Antoni Soler Esteva, que era conocido como “chulo” y “ladrón de profesión”. El suso dicho personaje llevó una vida entre hurtos, peleas y hasta asesinatos.

Y es que desde muy joven empezó a robar a vecinos de la zona de Sant Llorenç, Son Servera y alrededores. Con tan solo trece años fue llevado ante un juez, donde declararon en su contra hasta trece vecinos y el mismo alcalde de Sant Llorenç. Por este motivo, según su biografía, entró en prisión por primera vez, a pesar de su corta edad.

Así dio inicio a un larga carrera de delitos que le llevarían en muchas más ocasiones ante los jueces, por hurtos, agresiones, peleas, malos tratos incluso a su esposa y un largo etcétera. A partir que aquí, dio el salto a Cataluña. En Barcelona también fue conocido por los mismo delitos. En una pelea con un militar, su contrincante con un sable le dejó la cara marcada con una cicatriz.

Entre 1917 y 1923, coincidiendo con los años del pistolerismo, por los enfrentamientos en Barcelona entre patronal y sindicatos, que llevaron al estado de excepción a la ciudad condal, la patronal creó un cuerpo parapolicial formado per delincuentes, conocido como la banda negra, donde el llorencí Antoni Soler fue el encargado de los pistoleros (sicarios) de mandar los atentados y pagarlos. De esta manera, se llegó a convertir en la mano derecha del Varón Konig, un alemán que sucedió al creador Bravo Portillo y que se dedicaba a los negocios de juego y prostíbulos.

El libro recoge la historia de Antoni Soler, más propia de una novela negra, que de los hechos biográficos reales en la que está basada. En el transcurso de la obra se desvelan los entresijos de este maleante, entre ellos, la historia de cómo fue contratado para que acabara con la vida de un empresario mallorquín de ses Salines; su amistad con el militar Joaquin Milans del Bosch; los varios atentados que sufrió en Barcelona o su exilio final a Cuba, donde intentaba montar una red de juego y prostíbulos. La obra llega en el momento en que en Cataluña surgen publicaciones sobre este periodo histórico catalán donde un llorancí fue protagonista de primera mano.

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