Cosecha de la algarroba
El agricultor Pedro Melis: «Tendremos que recolectar las algarrobas en familia, con jornaleros los números no salen»
«En la venta de este fruto, el precio siempre ha tenido subidas y bajadas, aunque el incremento de 2022 no era normal», afirma el payés de Son Carrió que ante la Xylella que afectó a los almendros apostó por sembrar algarrobos
Biel Capó
Esta semana se ha conocido el precio de la algarroba que en esta campaña llena de incertidumbre el fruto pierde un 75% de su valor ya que de los dos euros de 2022 se pasa a los 46 céntimos para la de más calidad mientras que la de calidad mediana se pagará a 41, eso en caso de ser socios de las cooperativas, ya que los que no lo sean la cobrarán a 36 céntimos.
Con estos precios, Diario de Mallorca se ha trasladado a la finca de sa Punta, en Son Carrió, para conocer de primera mano cómo vive el batacazo que ha experimentado el producto que en los últimos veranos se conocía como el oro negro de fora vila. Así, Pedro Melis cuenta que recoge cada año la cosecha de algarrobas con la ayuda de jornaleros. El año pasado, relata, recogió unas diez toneladas, pero «esta campaña no será igual.» De hecho, asegura que con el precio al que va el fruto, solo se plantea hacer una recogida en agosto con la ayuda de sus familiares y recolectar «las que se pueda». «Si tienes que recoger la cosecha con jornaleros, este año, los números no salen».
Sobre el boom y el batacazo que ha experimentado el producto, Melis concluye que «en la venta de la algarroba, el precio siempre ha tenido subidas y bajadas», aunque la subida de 2022 por la que se llegó a pagar dos euros el kilo, reconoce, «no era normal». El payés de la finca de sa Punta recuerda como en 1986 el precio de la algarroba se igualó al de la almendra, que siempre había sido mucho más cara, para luego volver a bajar de precio.
Con la llegada de la Xylella fastidiosa, que terminó con la cosecha de muchos almendros, Pedro Melis optó por sembrar algarrobos. De hecho, confiesa, este año había sembrado unos 45 ejemplares más. «Pensábamos que la siembra de algarrobos paliaría los daños causados por la Xylella en los almendros, pero con estos precios no sé…, si al menos se pagara a un euro…», manifiesta.
Con la cosecha de algarroba que acaba de levantar el telón y con los precios recién publicados por las cooperativas, Melis concluye que «el precio de 2022 era demasiado alto». De todas formas, espera que «en un futuro se normalice y valga la pena volver a recoger las algarrobas». «Este año tendremos que recolectar las algarrobas que podamos en familia y elegiremos las más fáciles de coger y de más calidad», sentencia, resignado, Pedro Melis.
Campaña incierta
Por su parte, Cooperatives Agro-alimentàries Illes Balears ha mostrado su apoyo a las decisiones de los Consejos Rectores de las cooperativas asociadas y recuerda que han sido las primeras en publicar sus precios de referencia en un inicio de la campaña de recogida de algarroba que se presenta incierta. Explica que los valores «excesivamente altos» de los últimos veranos responden a la alta demanda del garrofín por parte de la industria alimentaria y recuerda que los movimientos especulativos han llevado a que esta campaña empiece con una gran cantidad de producto almacenado.
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