Lletra menuda: Callejón sin salida de un mandato atípico
Todo tiene su coste, mucho más si se trata de algo rocambolesco y arriesgado como los pactos atípicos y mutantes. Éric Jareño no exhibe todas las cartas de su decisión de no volver a optar a la alcaldía de Llucmajor y apartarse de la política. No es el primer cargo electo del PP en edad de desplegar una actividad profesional plena que se enfrenta a la disyuntiva de elegir entre lo público y lo privado. Tampoco el primero que se decanta por lo segundo. Hay ciertas contradicciones en la respetable decisión del alcalde de Llucmajor. Dice haber cumplido objetivos pero también se declara frustrado y quemado. El orgullo de la gestión próxima choca con el desencanto de la política. Algo sustancial falla cuando se presentan estas incompatibilidades. La actitud de Jareño invita a sospechar que las pugnas de partido, para un alcalde prometedor, le pueden haber ayudado a arrojar la toalla. Sea como sea, hay que reconocerle el mérito de hacer prevalecer el principio vocacional y la dignidad de evitar la tentación de encadenar cargos de nómina pública, esa actitud que tan mala imagen da.
Suscríbete para seguir leyendo
- Descubren a doce trabajadores extranjeros irregulares y otros sin contrato durante una inspección en las obras de un hotel de Porto Cristo
- Un inversor alemán adquiere un casal histórico de sa Pobla, Cas Murero
- Un experto explica las posibles soluciones al colapso de coches en Sóller
- El sorteo del Euromillones deja un millón de euros en Mallorca
- El Consell de Mallorca se enfrenta a otra indemnización histórica por el rescate del túnel de Sóller
- Varios ayuntamientos cambian a ‘balear’ el idioma de sus sedes electrónicas
- El Forn Formentor, ganador del mejor pa moreno de 2024: "Es un pan para el cliente local, no gusta mucho a los turistas
- Queman una bandera LGTBI colgada en la fachada del Institut de Muro que habían izado los alumnos