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Ganadería

El cordero ecológico de Mallorca pugna por sobrevivir

Los productores confían en la campaña de Pascua para remontar unas ventas que «han fluctuado mucho en los últimos años»

Ovejas en la finca de es Coll Gomà, en es Capdellà, propiedad del ‘calvianer’ Xesc Sans, ayer. | JUAN LUIS IGLESIAS

Como si la cosa no fuera con ellas, una treintena de ovejas vagan por el campo, indiferentes a un espléndido tiempo primaveral y al paso cercano de sudorosos excursionistas alemanes y de un ruidoso grupo de escolares de Calvià. Pastan con parsimonia en un campo sin labrar en un imponente escenario natural recortado a un lado por el Galatzó y, al otro, por es Coll Gomà. Otro día en la oficina para ellas.

A distancia, el calvianer Xesc Sans, propietario de la finca del Coll Gomà, mira a su rebaño y explica por qué no son unas ovejas cualquiera. Son exponentes de una ganadería extensiva ecológica, que no puede decirse que abunde en Mallorca y que pugna por sobrevivir.

Los productores confían en la campaña de Pascua. | JUAN LUIS IGLESIAS

La ganadería extensiva se entiende por oposición a la intensiva, que es aquella que busca maximizar la producción y minimizar los costes mediante condiciones artificiales (piensos, medicamentos...). La extensiva busca aprovechar lo que te da el territorio, sin todos esos añadidos.

Sans explica los beneficios de esas prácticas ganaderas más adaptativas con el territorio. «Las ovejas controlan la hierba espontánea y me ayudan a que los árboles crezcan mejor», apunta Sans, en referencia al abono que producen y a los beneficios que generan en la tierra.

Y todo ello sin fertilizantes químicos y con los tratamientos médicos solamente imprescindibles, como la vacunación.

El papel de Apaema

En este tipo de argumentos lleva incidiendo desde hace años la Asociación de Producción Agraria Ecológica de Mallorca (Apaema), que considera «preocupante» la pérdida de ganadería extensiva en la isla, sobre todo de la ovina, a causa de unos precios «muy poco competitivos».

Hoy en día, según datos recogidos del Consell Regulador de l’Agricultura Ecològica de Balears, existen en Mallorca 19.717 cabezas de ganado ovino inscritas en agricultura ecológica, cuando la cifra global ronda los 300.000 ejemplares. Y apenas un 44% de las fincas ecológicas tiene algún tipo de ganadería.

Otro reto al que se enfrenta el sector es que apenas uno de cada diez corderos criados como ecológico se acaba vendiendo como tal. El resto se acaba comercializando sin ese sello distintivo, lo que hace que los ganaderos perciban un precio por debajo del coste de producción.

De ahí que Apaema lleve desde 2015 impulsando la campaña promocional ‘ME ecològic de Mallorca’, que ha conseguido multiplicar por cinco las ventas de carne de cordero ecológico en los últimos años.

Propietarios de fincas y representantes de Apaema, ayer, en es Coll Gomà. | JUAN LUIS IGLESIAS i.moure. es coll gomàREDACCIÓN

Magdalena Adrover, veterinaria asociada a esta entidad, relata que realiza un control periódico a los animales en las fincas y destaca las ventajas de la agricultura extensiva, en que no se utilizan fertilizantes y los medicamentos sólo son prescritos «en casos imprescindibles».

Adrover añade que, entre sus tareas, figura realizar, en los mataderos, el proceso de selección de las ovejas que saldrán con el precinto que acredita que son ecológicos. Un importante cambio introducido, agrega, es que se hace el marcaje con tinta alimentaria en los diferentes despieces, lo que permite poder llevar el producto identificado como ecológico a cualquier punto de venta autorizado.

En el confinamiento

La Cooperativa Pagesos Ecològics de Mallorca es la encargada de comercializar esta carne. Su presidente, Xisco Llompart, asegura que la evolución de las ventas ha fluctuado desde que se puso en marcha la campaña.

Durante el confinamiento, se alcanzó todo un hito, ya que se llegaron a servir más de 800 corderos a domicilio, según datos de Apaema.

Superada esa fase, el interés ha decrecido, de ahí que se aproveche la campaña de Pascua, en que el cordero es uno de los grandes protagonistas del menú -en forma de panades-, para intentar impulsar las ventas.

«La ganadería está desapareciendo en Mallorca, porque se vende a precios muy bajos. El consumo de cordero cae en picado», lamenta Llompart, quien recuerda, además, que productos como la lana y la piel, que «antes tenían salida», lo tienen hoy en día muy complicado encontrar mercado. «Nos encontramos con que un cordero normal de la península es entre 20 y 30 euros más barato que aquí. Se importa mucho cordero, sobre todo por la industria turística, y los de aquí se exportan al norte de África», agrega,

Una treintena de ganaderos

En la actualidad, hay una treintena de ganaderos en Mallorca que se dedican a este tipo de ganadería ecológica. Tienen sus rebaños en fincas de toda la isla, desde Calvià, como es el caso de Xesc Sans, a Artà, pasando por Llucmajor o Manacor.

Ninguno de ellos se dedica en exclusiva a la ganadería, dada la imposibilidad de obtener altos rendimientos, sino que la utilizan como un complemento muy valioso para su actividad agraria.

Así lo explica otro calvianer, Jaume Seguí, que trabaja una finca colindante con es Coll Gomà, que incide también en el valor añadido que aportan las ovejas para controlar la biomasa forestal y para devolver nutrientes al suelo.

La Asociación de Producción Agraria Ecológica de Mallorca, que el próximo 24 de abril organiza una nueva edición de la Diada d’Agricultura Ecològica en Porreres, incide en la importancia de respaldar este tipo de productos locales, que contribuye a «conformar el paisaje de Mallorca». «No hay ganadería más sostenible e imprescindible que la del cordero criado en libertad», subrayan los productores.

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