Bajo una tenue llovizna comenzaron ayer los trabajos de roturación en la finca de Son Pons de Campanet, donde se va a construir un santuario para las abejas. Dichos terrenos constituyen parte de la sede que ocupa la Fundación Vida Silvestre de la Mediterrània y la Fundación Voltor Negre.

Una decena de voluntarios empezaron el trabajo con herramientas manuales. Se está soltando el terreno y se ha aportado también tierra de la propia finca para, en una fase posterior, plantar especies autóctonas de hierbas aromáticas y medicinales.

Evelyn Tewes, directora del proyecto, explica que "tiene una doble finalidad: una es ofrecer un refugio y lugar donde las abejas puedan hallar alimento la mayor parte del año, y la otra es ofrecer un espacio educativo a las escuelas para que los niños conozcan la importancia de estos insectos para la naturaleza.

Cabe destacar que las abejas son imprescindibles para la agricultura, pues son los principales polinizadores de los cultivos. En estos momentos padecen graves amenazas como el cambio climático y la afección de varroa, un parásito que causa muchas pérdidas, amén de la proliferación de la peligros avispa asiática. Pero también el abuso de pesticidas está afectando a la especie, aunque Nora Muller, responsable del programa educativo de Son Pons, destaca que en Mallorca no es el principal problema. Tewes matiza que "en general en Mallorca la población de abejas se encuentra menos afectada que en la península".

En el nuevo jardín de Son Pons se colocará una pequeña colmena que por uno de sus flancos dispondrá de un cristal. El objeto de dicha instalación es el de facilitar la observación de como las abejas organizan su comunidad.

También se colocarán algunas colmenas más con la finalidad de disponer de una buena comunidad de estos insectos en la zona de Son Pons.