La Fundación Vida Silvestre de la Mediterrània, con sede en Son Pons (Campanet) apuesta por intentar proteger a las abejas. Esta entidad, heredera de la Fundación Voltor Negre, lleva años trabajando en la protección del medio ambiente de Mallorca. Su nuevo proyecto tiene dos vertientes: la de protección y la educación.

El sábado llevará a cabo el inicio de la creación de un jardín de plantas aromáticas y medicinales con la intención de crear un lugar donde las abejas puedan alimentarse. Se trata de un espacio situado en el bosque de Son Pons que deberá ser desfondado y rellenado de tierra para proceder a la siembra de especies vegetales. Para llevar a cabo la primera actuación ha convocado un taller donde, con ayuda de voluntarios empezará a eliminar piedras.

Nora Muller, es la responsable del programa educativo de la fundación. Explica que "para la plantación se está elaborando una lista variada de especies vegetales autóctonas. Con ello se pretende que sean resistentes al clima y además se están seleccionando con floraciones distintas de forma que las abajas puedan obtener alimento durante mucho tiempo".

Cuando el jardín esté finalizado se instalará una colmena pequeña. Esta colmena tendrá un cristal por el que los niños puedan ver la organización interna de las abejas. "Se trata del segundo objetivo del proyecto", indica la educadora, "pretendemos que las escuelas puedan visitarlo y puedan impartir una clase práctica de naturaleza aprovechando el jardín".

Evelyn Tewes, directora de la Fundación Vida Silvestre de la Mediterrània, explica que "las abejas son una parte indispensable del ecosistema. Sin ellas, no sería posible la agricultura pues son las principales polinizadoras de nuestro entorno".

Las abejas proporcionan muchos beneficios al ser humano pues como ya se ha dicho, polinizan los cultivos, y a la vez producen varios elementos que sirven para alimento humano como puede ser la miel o la jalea real; energía, como la cera para fabricar velas; y remedios naturales, como el propóleos: un desinfectante que ellas generan para sus colmenas y que se ha demostrado muy eficaz para afecciones de garganta en los humanos.

Las abejas están en un momento crítico pues se ven amenazadas por el cambio climático por una parte, y por la varroa que es un género de ácaros. La plaga se inició en Filipinas y se ha expandido por el mundo, constituyéndose en la mayor amenaza. La fundación ya trabaja con abejas en la finca de Ariant (Pollença).