Catorce efectivos de la Guardia Civil custodiaban a una veintena de personas a las once de la mañana frente a la iglesia des Convent de Felanitx. Barreras amarillas, colocadas en zig-zag, acotaban el espacio por donde las autoridades pasarían unos minutos más tarde para asistir a la misa solemne en honor a Sant Agustí. Tras los incidentes del Palio de 2012 (donde la presidenta del Consell, Maria Salom, fue zarandeada y la policía reaccionó lanzando aerosol lacrimógeno Maria Salom,fue zarandeada sin mucho criterio hacia los asistentes), ayer el PP envió para la ocasión a la presidenta del Parlament, Margalida Duran, la portavoz del Govern, Núria Riera, la consellera insular de Medio Ambiente, Catalina Soler y el alcalde de Felanitx, Biel Tauler.

Medidas excesivas que se vieron incluso aumentadas con más Benemérita y agentes de la Policía Local. Cierto es que en la plaza, pasados unos minutos del mediodía, se llegaron a concentrar más de 3.000 personas; tan cierto que solo se dedicaron a cantar consignas críticas (en favor de la independencia y en contra de la malversación) y colgar una serie de pancartas alusivas a los episodios de corrupción y cárcel ya conocidos. No había ni peligro de avalancha ni se trataba de un partido de fútbol de alto riesgo. Pero así son las cosas en Felanitx desde hace dos años.

La peña El Cosso (antes taurina, y ahora irónico-fiestera desde que suprimió la novillada), la más numerosa, logró acceder a duras penas y después de negociar con la Guardia Civil, al interior del pasillo central para desplegar su Palio y colocar al frente a su mascota Quica (la pequeña gallina disecada que les acompaña desde hace 30 años.

A la hora de la verdad, es decir, tras el oficio eclesiástico, la comitiva política quiso escurrir el bulto de pasar bajo la tela roja (y arriesgarse a ser mojada e increpada) y decidió salir por un recodo hacia un lateral seguro. Pero la protesta fue tal, que tras media hora de dudas todo volvió a la ´normalidad´. Los Cavallets y los Caparrots pasaron y fueron ovacionados; los políticos, no. Tras la espantada se dirigieron hacia el Palio, que El Cosso retiró en señal de protesta. "Es un estado policial, es una exageración, por eso ya no participamos desde hace tres años en señal de protesta", explicaba el portavoz del Bloc per Felanitx, Joan Xamena, indignado.

Protesta protaurina

Pero como no solo de Palio vive Sant Agustí, tras la comida vino la traca de actos: el espectáculo de acrobacias caninas, doma ecuestre, una muy animada fiesta revival en la plaza de las Palmeras o la protesta en favor de la recuperación de los toros. Un grupo de admiradores de la Fiesta pidió ante la plaza de La Macarena (abandonada desde hace seis años), la recuperación de la novillada. Sin más problemas.