­El 28 de agosto de 2008 se celebró la última corrida de toros en la histórica plaza de toros de La Macarena de Felanitx. El Ayuntamiento, comandado por el PP con mayoría absoluta, siendo el alcalde Biel Tauler, no se muestra triste ni preocupado por la inactividad del albero centenario. No obstante, el alarmante deterioro que sufre la catalogada construcción sí que inquieta a un considerable número de ciudadanos.

El programa de fiestas de Sant Agustí 2014 anuncia para la gran diada del 28 la tradicional misa matinal concelebrada en el convento y actuación de los Cavallets (Tauler afirma que ha invitado a todas las autoridades, incluyendo al presidente del Govern, José Ramón Bauzá) y por la tarde, fiestas de calle y de espuma, actuación infantil, espectáculos canino y equino. Por la noche, I Trobada de batucades, Correfoc y verbena. De esta manera, se confirma que la típica novillada ha caído en el olvido.

Ya el pasado año, Tauler manifestó: "No hemos podido encontrar el documento legal que respalde la recuperación de la plaza ni estamos dispuestos a pagar los 900.000 euros que pide la propiedad por ella, por lo que sí, renunciamos definitivamente a La Macarena". En este sentido, más recientemente Tauler declaró a este diario que descartaba hacer como Muro, es decir, comprar el ruedo al conocido empresario taurino barcelonés Pedro Balañá, propietario también de otras plazas como precisamente La Macarena de Felanitx, la de Palma y la Monumental de Barcelona (por la que recibirá una indemnización por la prohibición de los toros en Cataluña).

Tauler apunta que para la celebración de conciertos u otros espectáculos "en la ciudad ya disponemos de espacios adecuados como el parque municipal de sa Torre, el Auditori y la Casa de Cultura". Preguntado sobre el futuro de La Macarena, admite desconocerlo: "Creo que sigue puesta a la venta por parte de Balañá".

En esta línea, Tauler reconoce que no hay necesidad de reanudar las novilladas y no tiene previsto instar al dueño a mantener en condiciones el coso, que da a las calles de la Plaça de Toros, den Joan Montserrat y del Progrés.

Hay que recordar como anécdota que en 1991 el Ayuntamiento tuvo que habilitar una plaza de toros desmontable cerca del matadero y actual instituto para las corridas, que se interrumpieron en 2009 después de 110 años seguidos celebrándose. El arquitecto municipal de entonces no quiso firmar un certificado de solidez de la Macarena. Su mal estado de conservación y las reformas exigidas por la conselleria de Interior para reabrirla marcaron su rumbo hace más de un lustro.

Buena parte del coso está construido en madera. La capacidad oficial de 2.150 personas pero se vio rebasada en múltiples ocasiones el 28 de agosto, rebasando con facilidad la cifra de 3.000.

Figura inscrita como plaza de toros de tercera categoría (la de Palma es de segunda). Se calcula que una rehabilitación mínima de la plaza y sus dependencias supondría una inversión de más de 100.000 euros: nuevas medidas de seguridad y evacuación, reforzar el piso superior de madera, reducir el aforo, rediseñar las salidas y los vomitorios, etc.

Al no haber novillada en 2009 y no querer aceptar la oferta de compra de Balañá, el Consistorio optó por intentar recuperar la plaza a través de técnicos y juristas. Sin embargo, no se pudo hallar un convenio que determinaría que el coso volvería a ser público transcurrido un año sin festejos.

Orígenes en el siglo XIX

El historiador mosén Pere Xamena explica en su libro Felanitx, mot a mot que "en 1875 se preparó en el claustro del exconvento, una plaza o corral para toros y peleas de toros con perros. También se realizaron fiestas y otras representaciones. En las fiestas de Sant Agustí de 1891 fue inaugurada una nueva plaza de toros, que más adelante, 1913-14, fue totalmente reformada y puesta en la forma actual. Entre 1920-29 se celebraron numerosas corridas en las que tomaban parte aficionados de nuestra ciudad. En 1960 se hizo cargo de la plaza Federico Molina, quien puso el nombre de La Macarena y organizó una escuela taurina que duró poco".