"Soy optimista. Creo que los restos óseos de los tres cuerpos podrían estar a punto de salir. Los indicios son buenos", confirmaba ayer, pasadas las nueve y media de la noche y tras una ardua jornada de trabajo, Cristina Riuete, arqueóloga y antropóloga física, en su comparecencia pública en el ayuntamiento de Sant Joan. Aunque de momento solo se hayan encontrado algunos huesos sueltos, muy posiblemente pertenecientes a fallecidos de gripe, durante la epidemia de 1918.

A las siete de la mañana de ayer, ocho expertos empezaban a acotar y trabajar sobre un perímetro de unos doce metros cuadrados, a la izquierda del cementerio viejo de Sant Joan. Instantes después de que una máquina limpiara superficialmente la zona, los investigadores empezaban una labor meticulosa que debería acabar en la exhumación de los restos de los tres vecinos de Maria de la Salut asesinados en Puntiró, en octubre de 1936 y a manos de partidarios del golpe franquista. Eso significaría que la primera apertura de una fosa común en Mallorca con cadáveres republicanos ha sido un éxito.

La presidenta de la asociación Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver París, junto con el vocal e historiador Tomeu Garí, explicaron por qué se ha elegido este caso para ser el punto de partida de la restauración de la memoria histórica en la isla: "Es un caso muy bien documentado, porque son pocas víctimas y arqueológicamente hablando es más sencillo y porque el lugar parece no haber sido removido con la ampliación posterior del cementerio".

La resolución y la certificación de que efectivamente se trata de los cuerpos de Joan Gual, Miquel Sampol y Jaume Gual "podría ser cuestión de unos tres días", según indica Garí. En el momento en que se hallen los primeros restos fehacientes de las víctimas, se deberá avisar a los juzgados de Manacor, siguiendo el procedimiento legal.

Trabajo exhaustivo

El trabajo que estos días llevan a cabo, de forma sigilosa, arqueólogos y expertos en genética de la Universitat de les Illes Balears (UIB), se centra en encontrar "identificaciones positivas" y en "posiciones anatómicas", para extraer de ahí una muestra de ADN que pueda compararse con las de los familiares de las tres víctimas de Maria de la Salut, hallados en el interior del pozo de son Fred de Sant Joan, días más tarde de su asesinato. Unas muestras que deberán enviarse a un laboratorio especial de Sevilla para corroborarlo.

"Estamos siguiendo todo el protocolo de actuación que la ley marca en estos casos. Estamos asesorados por historiadores y por un equipo jurídico, todos ellos voluntarios", concreta Oliver, para quien el Govern no ha cumplido con su responsabilidad a la hora de empezar a devolver los muertos republicanos a sus familias. Unos cuerpos que en su mayoría se hallan en las 47 fosas documentadas en Mallorca.

En 2010 Memòria per Mallorca y el Govern del Pacte de Progrés acordaron un proyecto para diseñar un mapa de situación de esas fosas comunes. Cuando en 2012 ya estaba hecho y los resultados marcados, el nuevo administrativo balear se desentendió del tema. "Ya que ellos no cumplen con su obligación, lo hacemos nosotros con medios limitados, pero con dignidad y apoyo". Uno de los cuales ha llegado desde el consistorio santjoaner, comandado por un pacto de izquierda y derecha entre Assemblea y el Partido Popular, que desde el primer momento colaboraron para que los familiares pudieran recuperar a sus fallecidos. Tampoco el anterior alcalde del PP, Joan Magro, ha discutido en ningún momento el edicto para permitir la exhumación de los restos firmado por la alcaldesa Catalina Gaià, quien ayer acompañó a los arqueólogos sobre el terreno.

"En todo momento hemos contado tanto con su colaboración como con la de los familiares de las víctimas", que ayer se acercaron a primera hora hasta el cementerio de Sant Joan, situado a los pies del santuario de Consolació, desde donde se intuían los trabajos que se realizaban bajo una amplia lona blanca. Entre ellos también varios de otros enterrados en condiciones similares en los cementerios de Palma o Manacor. Uno de ellos, Miquel Bonet, expresaba su alegría contenida por el arranque de los trabajos "con esperanza" de que también se puedan algún día hallar los restos de su padre. Hoy, si el tiempo lo permite, continuarán los trabajos a partir de las siete de la mañana.