El anuncio ayer del cese del concejal socialista de Hacienda del ayuntamiento de Capdepera, Sebastià Sureda, y la renuncia de la regidora de Patrimonio, Catalina Isabel Llabata, perteneciente a sus socios de UCap, han hecho que, por enésima vez esta legislatura, vuelvan a encenderse las alarmas de crisis interna dentro del pacto de centro-izquierdas. Y si a eso le unimos las renuncias anticipadas de los dos siguientes en las listas del PSOE a suceder a Sureda, deparan un panorama realmente decrépito para la política municipal gabellina.

Sebastià Sureda, actual regidor de Hacienda y Obras hasta el miércoles que será cuando se celebre el pleno extraordinario para abordar los tres puntos, ya le había manifestado en numerosas ocasiones durante los últimos meses al alcalde Rafel Fernández (PSOE), su voluntad de abandonar la política. Unas intenciones que han llevado a Fernández a cesarle por motivos laborales, y para que Sureda pueda reemprender sus labores de profesor antes de que acabe la legislatura. Este periódico intentó, a lo largo del día de ayer y en reiteradas ocasiones, ponerse en contacto con el alcalde Fernández y el concejal Sureda, aunque no fue posible.

El caso de Llabata se enmarcaría dentro de una serie de discrepancias internas dentro del propio partido regionalista, en decisiones como la del TIL. Motivos personales que han llevado a la responsable del Castell de Capdepera a renunciar a falta de menos de un año y medio para las próximas elecciones.

Aunque la muestra de la falta de confianza interna dentro del PSOE de Capdepera hay que buscarla en la renuncia anticipada de José Uceda y María Esperanza Morey, números ocho y nueve respetivamente de las listas de los pasados comicios de 2011, con lo que ahora Fernández deberá tirar de la número diez, Mónica Viejo, quien finalmente sí parece dispuesta a aceptar el puesto vacante de Sureda, que ingresará en las listas de desempleo.