La tradicional fiesta de Sant Antoni de Pádua o como es conocido popularmente Sant Antoni de juny o Sant Antoni dels albercocs ha llenado de nuevo estos días Artà. Se trata de la celebración del barrio del Convent y el colegio Sant Bonaventura regentado por los Hermanos Franciscanos.

Los Cavallets revivieron anteanoche aquellas danzas ancestrales que escenifican con sus bailes. Ya el pasado lunes salieron por primera vez para anunciar a los artanencs la semana de Sant Antoni. Visitaron una por una las casas de los jóvenes cavallets, intercalando bailes. Este miércoles honraron al santo con sus bailes entre las dos carrozas que recorren algunas calles del barrio.

Se trata de dos carrozas realizadas por la Apima de Sant Bonaventura, a las que se suben los jóvenes alumnos que lo desean. En la primera, los niños que durante el ultimo año han realizado la primera comunión, y en la segunda, la imagen del Sant Antoni de Pàdua acompañado por un séquito celestial de angelitos. Las carrozas recorren las calles de la barriada cumpliendo con la antigua tradición de la capta para las fiestas santantonieres de junio.

Otra atracción del Sant Antoni estival es la tómbola benéfica que desde hace muchos años organizan tres familias del barrio, donde el pollito de gallina de pocos días se convierte en el regalo más apreciado. En total se reparten unos 250 ejemplares que ayer hicieron las delicias de los más pequeños. La tómbola es casi tan antigua como los propios Cavallets; pero cuando realmente toma impulso es cuando un fraile franciscano, en lo que hoy sería una auténtica jugada de marketing, decide incorporar estas aves como premio. El acto final de las fiestas es la conocida Noche de la Gimnasia, en la los alumnos realizan sus representaciones culturales, musicales y deportivas de fin de curso.