La reciente decisión unilateral del Govern de cambiar la gestión del centro de prevención de la dependencia de Can Real de Petra ha provocado cierta rebelión popular. El ayuntamiento, dirigido por la alcaldesa Caterina Mas (PSM), rechaza las formas del Consorci de Recursos Sociosanitaris i Assistencials (con el gerente Javier Ureña al frente). "Esta actitud es de juzgado de guardia, con total falta de respeto y sin sentido común, poniendo otras cerraduras como si el consistorio y los vecinos fuéramos ladrones", critica Mas.

La alternativa ´exprés´ de pasar a organizar talleres y cursos en las aulas de formación del Quarter se está ya experimentando con notable éxito esta misma semana. En todo ello tienen gran protagonismo las personas voluntarias, de Petra y otros municipios, que se prestan a dar clases de gimnasia, memoria, manualidades, canto, bordados, relajación, etcétera.

En concreto, el nuevo organigrama dirigido también a la prevención (principalmente mayores de 60 años) contempla los martes por la mañana gimnasia fuerte y suave y memoria, mientras que por la tarde, manualidades y coral. Los jueves también hay gimnasia y memoria, así como bordados, manualidades y relajación.

Los ya exusuarios de Can Real y familiares, así como autoridades del consistorio, critican con dureza al Govern. El hecho de despedir a cuatro trabajadoras y entregar las llaves a la afín Associació de Persones Majors no ha sentado nada bien. Incluso múltiples mayores reconocen que la pasada semana lloraron al ver clausuradas las actividades. A su vez, muchos residentes advierten que juntando en Can Real a las dos asociaciones de la tercera edad, la de Persones Majors y la de Verge de Bonany, se había conseguido un óptimo ambiente familiar y de compañerismo, "una buena convivencia que ahora corre riesgo de romperse".

Cabe recordar que Can Real ya fue impulsado con polémica por el Govern Matas. El presupuesto ascendió a cerca de 1.500.000 euros. Con la entrada del Pacte de Progrés hubo mayor sintonía con el ayuntamiento petrer.

Un considerable número de vecinos recela de la nueva gestión de Can Real y su eficacia real, pese al compromiso de estar en funcionamiento un mínimo de 30 horas a la semana y desarrollar tres talleres al día.

Colectivos de varios municipios, a raíz de lo sucedido en Petra, se plantean también pedir al Govern ayudas e igual trato de favor que el recibido por la Associació de Persones Majors de Petra.