Basta una mirada rápida a la fachada principal de la parroquia de Santa Maria de Sineu, levantada en el siglo XIII, para saber que la piedra que la sostiene atesora la personalidad de los edificios antiguos. El desgaste acumulado con el paso de los siglos otorga un innegable atractivo a un templo que domina la silueta de la histórica localidad del Pla con voluntad catedralicia, pero la falta de una intervención abocaría a los viejos bloques de ´marès´ a una situación sin retorno.

La parroquia de Sineu cree que ha llegado el momento de una reforma integral de la fachada y buena parte del campanario, sólo conectado al edificio central por el llamado ´Pontet de Santa Bàrbara´. Tanto la torre como el puente también serán objeto de restauración. Los responsables de la parroquia ya han solicitado formalmente las licencias tanto al Ayuntamiento como al Consell con el objetivo de iniciar los trabajos de reforma este próximo otoño, después de la autorización definitiva por parte de Patrimonio de la institución insular, trámite necesario debido a la condición de BIC del templo ´sineuer´ y del centro histórico en el que se ubica.

El presupuesto aproximado de la intervención oscila entre los 120.000 y los 130.000 euros, según fuentes de la parroquia, fondos con los que ya cuenta la rectoría después de años de ahorro y organización de cenas populares anuales para recaudar dinero. La próxima comida benéfica se llevará a cabo el próximo sábado en la plaza del Lleó, con un coste de diez euros. Una parte importante del presupuesto se ha ingresado con las visitas del público en las jornadas de puertas abiertas, principalmente los miércoles de mercado. Los turistas abonan un euro para visitar el interior del emblemático templo de origen gótico.

Construida a mediados del siglo XIII, la parroquia de Santa Maria fue víctima de un incendio en 1505 que prácticamente la destruyó por completo, por lo que tuvo que ser reconstruida poco después, respetando el estilo gótico original. Entre 1880 y 1881, el templo fue sometido a importantes obras de ampliación. El resultado fue la estructura que ha llegado a nuestros días.

Precisamente estos días se cumplen diez años de la inauguración de la última gran reforma llevada a cabo en el templo y que afectó al interior del edificio. Ahora, el lavado de cara al que se someterá a la fachada, puente y campanario garantizarán la supervivencia del templo.