Con el fin de la temporada turística, la economía en el municipio de Calvià ha entrado en hibernación. Y nada lo ejemplifica mejor que su nivel de apertura hotelera. Sólo uno de cada diez hoteles del término permanecerá abierto de forma ininterrumpida durante toda la temporada baja. El parón invernal lo acusa en especial Santa Ponça, el principal núcleo poblacional del municipio. Casi dos terceras partes de los 37 establecimientos hoteleros de esta población cerrarán sin interrupción entre noviembre y marzo (ambos inclusive).

Estas conclusiones se desprenden de la información recogida por la principal agrupación sectorial del término, la asociación hotelera de Palmanova–Magaluf. La estadística no experimenta una gran variación respecto a la línea de los últimos años, aunque muestra una ligera tendencia a la baja en el nivel de apertura de hoteles durante todo el invierno.

Así, si en la temporada baja de 2008 la proporción de planta hotelera operativa sin parón alguno en temporada baja fue del 13 por ciento, este año el porcentaje se ha reducido hasta el 11 por ciento. Descendiendo al detalle de las cifras, esto significa que, de los 217 hoteles con que cuenta el término, únicamente 24 abrirán las puertas entre noviembre y marzo sin cerrar en ningún momento.

El ´cerrojazo´ invernal

Diciembre es el mes que sirve mejor para hacerse una idea del ´cerrojazo´ invernal que se da en Calvià. Se trata del periodo que marca el mínimo de actividad turística, con apenas 27 hoteles en funcionamiento.

Si hay una zona donde se hacen patentes con toda su intensidad las consecuencias de la estacionalidad turística en Calvià, ésa es Santa Ponça. Se trata del tercer foco turístico en importancia del municipio, después de Palmanova–Magaluf y Peguera–Cala Fornells. Cuenta con 37 hoteles que suman un total de 10.723 plazas. En invierno, estará operativa, sin cerrar en ningún momento, el 5 por ciento de su planta hotelera, el porcentaje más bajo del término.

En lo que respecta a Palmanova–Magaluf, que con 90 hoteles y casi 30.000 plazas es una zona neurálgica del turismo balear, es aquí donde más se nota el descenso de actividad. La temporada pasada, hubo 11 hoteles que funcionaron ininterrumpidamente en temporada baja (un 12 por ciento), mientras que, este año, lo harán ocho (un 9 por ciento).

"Los inviernos son muy difíciles", afirma Joan Espina, de la asociación de Palmanova–Magaluf. "El problema es que los hoteleros no ganan dinero en invierno y les conviene más cerrar", añade Espina, quien explica que, en algunos casos, los hoteleros que abran este temporada baja lo harán reduciendo horarios del personal y, en consecuencia, rebajando sueldos.

"Lo significativo es que hay hoteles que llevaban años sin cerrar y ahora no. Como el Palmanova Palace o el Son Matías", manifiesta, por su parte, el presidente de la patronal turística Acotur, Pepe Tirado. Asegura que la reducción del nivel de aperturas hoteleras afectará a la oferta comercial. "Estamos estrechamente vinculados. Este año, habrá menos comercios abiertos", expone.

El caso de Peguera

De todas las zonas turísticas de Calvià, es la de Peguera–Cala Fornells la que sostiene mejor el pulso a los embates de la estacionalidad. Casi el 15 por ciento de sus 68 establecimientos abrirá sus puertas sin interrupción entre noviembre y marzo. Presenta, además, la proporción más baja de hoteles cerrados durante toda la temporada baja, el 31 por ciento.