Arranca la Fira del Ram en Palma con el regreso de varias atracciones históricas

El tren de la bruja y la montaña rusa infantil han regresado oficialmente en esta edición

La asistencia durante el primer día ha sido baja, aunque se espera gran afluencia el fin de semana

Los más pequeños han sido los protagonistas de la jornada

Jordi Sánchez

Jordi Sánchez

La Fira del Ram ha abierto esta tarde sus puertas en una tranquila primera jornada que sirvió tanto para ir abriendo el apetito de los más pequeños como para realizar la puesta a punto definitiva de las atracciones, casetas y bares que ocuparán Son Fusteret hasta el próximo día 7 de abril. 

Alrededor de las 16:30 se dio el pistoletazo de salida ante un pequeño tumulto de gente que esperaba para entrar. Los más pequeños, como viene siendo habitual, se convirtieron en los grandes protagonistas de la jornada. La asistencia del primer día fue más bien reducida y, tal y como apuntaban desde la churrería Rosaleda, todavía están esperando a que el «boca a boca» haga su efecto. 

Las bocinas y el griterío invadían el ambiente nada más entrar así como la contagiosa energía que mostraban los feriantes, animando a todo aquel que pasaba frente a sus atracciones. En la Súper Tarántula, por ejemplo, invitaban a disfrutar del «meneito de Logroño». Algunas atracciones, todavía vacías, rodaban a máxima potencia exhibiéndose para tratar de atraer a sus primeros clientes. 

La atracción que tuvo más tirón a primera hora de la tarde no fue otra que el Látigo. Consiguió concentrar una gran cantidad de gente y en sus primeras vueltas ya iba completamente lleno. Los coches de choque también fueron protagonistas y el responsable de una de estas atracciones aseguraba que «es algo que nunca falla». 

Olaya disfrutaba a sus cinco años, y por primera vez, de estos coches de choque mientras sus padres observaban felices a su hija mientras rebotaba contra otros cochecitos. «¡Mira mamá!», gritaba la pequeña mientras disfrutaba de la atracción. 

Un poco más arriba se encontraba el pequeño Tomás, que a sus 10 años estaba hecho todo un futbolista profesional. Su misión durante «toda la tarde», según sus padres, no era otra que intentar marcar un gol al Iker Casillas giratorio. Varios tiros y euros más tarde, parece que finalmente lo consiguió. 

Tampoco podían faltar los algodones de azúcar, el dulce por excelencia de las ferias de todo el mundo. Fue, además, el dulce que más se pudo ver entre los más pequeños. 

«Venimos de Santander y es nuestro primer año aquí», manifestaba Pelayo, uno de los trabajadores del tren de la bruja, atracción que junto a la montaña rusa infantil ha sido recuperada esta edición tras varios años apartadas por motivos logísticos. «Esperamos que este año vaya bien, ¡es lo que tenemos que hacer, ¿no?!», afirmaba entre risas. 

Desde la Churrería Rosaleda también esperan que esta edición «sea buena». Reconocen que el negocio ha remontado desde la pandemia, pero Carolina Serra, la cuarta generación de este mítico negocio mallorquín, reconoce que la inflación les ha afectado. «Algunas cosas como las coberturas de chocolate han doblado sus precios y nosotros, pensando en el cliente, tampoco los podemos subir mucho», explicaba. Aún así, reconocía que «no nos podemos quejar». En su puesto de churros y dulces trabajan Serra, su marido y su hermano, en un negocio el cual heredaron de su madre, la tercera generación. 

Apuntaban, además, que se espera que el próximo fin de semana y el siguiente sean los más fuertes. Cabe destacar que los feriantes esperan que este año la asistencia se incremente un 10 por ciento respecto al año pasado, cuando entre 180.000 y 200.000 personas visitaron la feria. 

Esta edición cuenta además con días sin ruido para personas con autismo. El primero es el próximo miércoles 28 de febrero, aunque también se reducirán los decibelios los días 5, 11, 21 y 26 de marzo, además del día 3 de abril.