Un conflicto laboral en Emaya pone en un apuro al Ayuntamiento y amenaza con provocar un incendio en la empresa

Vox presiona al PP para que readmita a tres trabajadores de un sindicato afín despedidos por acoso y revelación de secretos pese a que tienen un juicio pendiente

La plantilla habla de un clima "tóxico" y teme volver a encontrarse con sus "verdugos"

Sede de Emaya en Palma.

Sede de Emaya en Palma. / B. Ramon

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

Un conflicto laboral en Emaya ha puesto en un apuro al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma y amenaza con provocar un incendio en la empresa pública. Vox presiona al PP para que readmita a tres trabajadores despedidos hace un año y medio por acoso y revelación de secretos. El partido de Fulgencio Coll argumenta que una sentencia en primera instancia favorable a uno de ellos avala la readmisión, y exige al PP que no la recurra. La plantilla vive esta situación "en un ambiente tóxico y de nerviosismo".

Los tres trabajadores formaban parte de USTE, sindicato próximo a Vox, y cuando fueron cesados denunciaron a Emaya por despido improcedente. Coll ha sometido a votación una proposición para que sean readmitidos "vista la primera sentencia favorable" de uno de ellos, al tiempo que ha reclamado "mantener la presunción de inocencia" de los otros dos. El PP se ha abstenido, dejando la puerta abierta a una reincorporación que puede tener graves consecuencias laborales porque los despedidos fueron denunciados por once de sus compañeros que les acusan de amenazas, insultos y coacciones. 

Llorenç Bauzá, presidente de Emaya.

Llorenç Bauzá, presidente de Emaya. / Guillem Bosch

En la votación, en la que PSOE, Més per Palma y Podemos han rechazado la reincorporación de los trabajadores, estaba presente el regidor de Medio Ambiente y presidente de Emaya, Llorenç Bauzá. El martes es el último día para recurrir la sentencia al TSJB y el regidor esconde sus intenciones. "Se ha abstenido por respeto al proceso judicial", señalan fuentes de Emaya, que no detallan si el Consistorio continuará defendiendo los despidos en una instancia superior. 

"Queremos que el Ayuntamiento recurra como ha hecho siempre en otros casos, porque sino se producirá un agravio comparativo", manifiesta Vicente Vilches, secretario general del Sindicato Independiente de Trabajadores de Emaya (SITE), mayoritario en el comité de empresa. "Lo que no puede ser es que el Ayuntamiento mire hacia otro lado y readmita a estos trabajadores por presiones políticas de Vox sin haber agotado todas las opciones judiciales", añade Vilches.

Este representante de los trabajadores señala que esta situación ha creado "un ambiente tóxico y enrarecido". Y recuerda que los once trabajadores víctimas que han denuciado acoso, algunos de ellos "en tratamiento psicológico", temen volver "a encontrarse con sus verdugos".

Consejo de administración caliente

El mismo martes se celebrará un consejo de administración de Emaya que se prevé caliente. "En Emaya hay un conflicto social que no se ha visto en diez años y puede agravarse si el PP cede ante Vox y readmite a los trabajadores", advierte Óscar Cereijo, regidor del PSOE y miembro del consejo de administración. 

Cereijo ha expresado su alarma por la posibilidad de que los tres trabajadores puedan ser readmitidos teniendo en cuenta la gravedad de las acusaciones. Y recuerda que, aunque uno de ellos obtuvo una sentencia favorable en un juicio en el que estaba acusado de revelación de secretos, los tres tienen una cita con el juez en febrero para responder por la denuncia de once de sus compañeros por acoso. 

En su exposición de motivos para  justificar la readmisión de los trabajadores, Vox argumenta que ellos son las víctimas de esta situación al haber sufrido «presuntas amenazas y coacciones» por parte de la empresa, hasta el punto de que estuvieron «seis meses de baja». Asimismo, argumenta que fueron despedidos por ejercer su actividad sindical y criticar a la antigua dirección de Emaya.