Primer día de caza en Palma después de ocho años: hasta 400 personas cazan palomas, tordos y conejos

La actividad se ha retomado hoy en enclaves como na Burguesa, Génova, Son Gual o Puntiró en una multitudinaria jornada en la que también han participado menores

Los guardas de caza del Consell de Mallorca han revisado licencias y permisos de armas

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Había ganas de que volviera la caza. Centenares de personas han querido estrenar hoy el primer día de regreso de esta actividad a Palma después de ocho años de prohibición. La jornada ha sido «sin incidencias y con total normalidad», según el Club Palma Caza y Tiro, que calcula que por lo menos 400 cazadores han salido a retomar la cinegética en los diferentes enclaves en los que vuelve a estar permitido en Ciutat.

Na Burguesa, Gènova, Puntiró, el Pla de Sant Jordi, Xorrigo o Son Gual son algunas de las zonas en las que ya se puede cazar los jueves y los sábados. «Cazamos palomas torcaces, becadas, perdices, conejos y tórtolas», explica el presidente del Club, José Antonio Bonet. Según el dirigente, hasta Palma se han trasladado multitud de residentes de pueblos de la Part Forana en los que no está permitida la caza, como Manacor, Portocristo, Algaida o Marratxí. En Mallorca hay cerca de 15.000 licencias de caza en total.

Hoy por la mañana también se han pasado por los terrenos los guardas de caza del Consell de Mallorca para controlar que los cazadores tengan todos los permisos y licencias en regla. «Tenemos todos los papeles en orden», asegura Bonet: «También los menores. A partir de los 14 años pueden tener licencia y venir a cazar acompañados de un adulto». Por la tarde, fuera de horario escolar, en los terrenos han empezado a aparecer familias con menores para disfrutar del primer día de caza. Además, el sábado se prevé mucha afluencia al no ser día laborable.

Una perra bretona con un ave en la boca esta mañana, el primer día de caza en Palma después de ocho años.

Una perra bretona con un ave en la boca esta mañana, el primer día de caza en Palma después de ocho años. / Club Palma Caza y Tiro

Juan Martín, de 14 años de edad, ha sido uno de los menores que han salido a cazar hoy. Junto a su abuelo Pau Martín y su perra Dolça, no quisieron perderse el estreno: «Lleva un año estudiando para poder venir, tiene licencia de armas, permiso de caza y todo en orden», matiza el presidente del Club de Caza. 

Ante las críticas de la oposición, Bonet recuerda que las licencias de armas «no se conceden así como así», sino que hay que superar primero una serie de pruebas y exámenes, además del seguro, que también es obligatorio. «Damos gracias al Ayuntamiento por haber reactivado la actividad. Tenemos todo en regla y no hacemos daño a nadie», insiste: «Además, la tradición después de cazar es ir a merendar a algún sitio cerca, así también hacemos gasto en el comercio local».

Un pleno municipal la semana pasada dio luz verde al regreso de la caza a Palma a través de una moción de Vox aprobada con los votos del PP. La actividad cinegética fue prohibida en toda la ciudad en el año 2016 por el equipo de gobierno del Pacto de izquierdas. Desde entonces y hasta ayer, solo se podía cazar en cotos privados, mientras que ahora esta actividad se puede desarrollar en terrenos rurales no acotados, lo que se traduce en cientos de hectáreas en las que, según los propios cazadores, la práctica no entraña ningún riesgo para los ciudadanos.

Por su parte, todos los partidos de izquierda votaron en contra de la moción. La portavoz de Més per Palma, Neus Truyol, alegó que habrá una «desprotección absoluta» porque se permitirán las «escopetas y tiros en zonas que no se pueden controlar». «Tampoco se controlará si se dispara a una especie protegida porque no habrá manera de perseguir a los infractores y de poner sanciones», criticó. El socialista Xisco Ducrós pidió al PP antes de la votación que «analice qué impacto tendrá en el territorio» el regreso de la caza.

El alcalde, Jaime Martínez, hizo caso omiso y firmó el pasado martes la comunicación del Ayuntamiento de Palma para acogerse al Plan Marco de Ordenación Cinegética en las zonas libres del municipio, documento remitido al Consell de Mallorca para que incluya de manera automática a Palma en el mapa de municipios adheridos.