Un vertedero en el Baluard del Príncep: escombros, trastos y basura se adueñan de la antigua fortaleza de Palma

La basura y los escombros invaden la antigua fortaleza militar en pleno centro de Palma a costa de la dejadez institucional, que ha permitido que las obras se retrasen y se paralicen una y otra vez durante los últimos años

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

La paralización sine die de las obras del Baluard del Príncepestá facilitando que la zona se convierta en un vertedero de trastos y basura. Además de los escombros de obra, han empezado a aparecer allí muebles viejos, electrodomésticos y una acumulación de objetos abandonados que ofrece una lamentable imagen en uno de los puntos más emblemáticos del patrimonio histórico de Palma.

Lejos de convertirse en un Baluard rehabilitado, esta zona de la antigua fortaleza militar es ahora un foco de insalubridad fruto de la dejadez institucional que afea uno de los accesos al Paseo Marítimo, muy frecuentado por turistas y también residentes.

Las obras que pretendían dar un lavado de cara al Baluard se han retrasado una y otra vez a lo largo de los últimos años: la crisis de la covid, la guerra de Ucrania, los sobrecostes por el incremento de precios, la falta de materiales o la quiebra de la empresa adjudicataria han sido algunos de los motivos que han ido paralizando los trabajos.

Faltan por acometer las dos últimas fases de la rehabilitación (la D y la F) que, en principio, debían culminar la conexión con el mar y restaurar el foso del antiguo puente sepultado que conecta con la Porta del Camp. También estaba previsto construir un centro de interpretación del centro histórico de más de 900 metros cuadrados, la guinda del proyecto. De hecho, las obras de rehabilitación del Baluard del Príncep se iniciaron en 2009 y se han ido ejecutando en seis fases.

Desde entonces, se ha restaurado la murada desde la avenida Gabriel Alomar y la de la avenida Gabriel Roca. En 2017 se inauguró la fase E, que rehabilitó el Baluard y urbanizó las calles Porta del Mar, Bastió del Príncep y Bala Roja. La parte que se mantiene ‘patas arriba’ fue adjudicada a la empresa Bauen Empresa Constructora SAU por 4,1 millones de euros procedentes del Ministerio de Fomento. Ahora, queda todo por hacer; en este entorno no trabaja nadie, ya no hay máquinas y solo queda un vertedero que ofrece la imagen más lamentable del deterioro y la dejadez.

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