El TSJB rechaza que Cursach pueda unificar el complejo del Megapark

El empresario pretendía aprovecharse de la ley turística para justificar las ampliaciones del negocio de ocio de la Playa de Palma

Cursach realizó sin permiso obras de ampliación en la abadía del Megapark.

Cursach realizó sin permiso obras de ampliación en la abadía del Megapark. / j.f.m. palma

Los jueces de Balears han respaldado la decisión del Ajuntament de Palma, que hace cinco años se opuso a autorizar las obras de mejora del complejo del Megapark, propiedad del empresario Bartolomé Cursach, que deseaba unificar los dos edificios que componen esta instalación de ocio.

El TSJB, en una reciente sentencia, rechaza el recurso que planteó el empresario del ocio, contra la decisión de la gerencia de Urbanismo del Ajuntament de Palma, que se opuso a autorizar las licencias que solicitaba el empresario para legalizar una serie de obras, muchas de ellas ya realizadas sin permiso, para mejorar su establecimiento más emblemático de la Platja de Palma.

El complejo Megapark está compuesto por el edificio de la abadía y por el restaurante denominado Quixote. Cursach ha venido explotando conjuntamente ambos negocios, aunque cada uno tiene una licencia diferente y, teóricamente, su actividad no puede unificarse, como pretende desde hace años la empresa de ocio.

Esta reciente sentencia del TSJB representa la segunda decisión de la Sala, en la que se le para los pies al poderoso empresario, que intentó acogerse a una interpretación sesgada de la denominada Ley Delgado, por la que autorizaba a los establecimientos turísticos realizar obras de mejora, aunque no encajaran en las normativas urbanísticas en vigor.

Cursach lleva cinco años enfrentado con el Ajuntament de Palma, que se niega a legalizar las obras sin autorización que realizó para ampliar la superficie de su negocio en la Platja de Palma. Cort sostenía que los edificios de diversión estaban fuera de ordenación, por lo que no tenía sentido que se pudiera autorizar las obras de ampliación que reclamaba la empresa propietaria del complejo Megapark.

La sentencia cuestiona la interpretación personal que realizó la empresa sobre la ley turística, que justificaba a su entender la legalización de las obras. Los jueces señalan que esta autorización de las mejoras turísticas no se refiere a salas de fiesta, sino a instalaciones situadas dentro del mismo complejo hotelero.

La sentencia hace un relato histórico de las licencias por las que se ha venido explotando desde hace años este importante centro de diversión, dedicado sobre todo a la clientela germana que se concentra en la Platja de Palma. Detalla que inicialmente se explotó como un centro de ocio, pero al final se convirtió en una sala de fiestas y restauración, con una superficie de 5.875 metros cuadrados, «sin autorización para ello». La sentencia concluye que la empresa de ocio no ha respetado las licencias y lo que ha hecho ha sido unificar los edificios y ha cerrado el perímetro, de tal manera que parece un único edificio. «Es evidente que ha habido modificaciones sustanciales en esas parcelas y edificaciones», señala el tribunal .

La unificación de ambos negocios de ocio fue uno de los casos que se investigaron en el denominado caso Cursach. Dos policías locales denunciaron al Megapark, que al estar clausurado por la denuncia de un vecino, estaba utilizando la música del Quixote para dar ambiente a la abadía. Los policías interpretaron que el Megapark no podía aprovecharse de la instalación musical del otro negocio de Cursach, porque se trataba de dos negocios distintos, con licencias diferentes. Los dos funcionarios de Sant Ferran declararon como testigos en el juicio, acusándoles de haber realizado una interpretación errónea sobre las normas urbanísticas. De hecho, el tribunal de la Audiencia acordó abrir una causa por falso testimonio contra los dos agentes. Sin embargo, la sentencia de la Sala de lo Contencioso del TSJB da la razón a los dos policías locales e interpreta que los negocios de Cursach cuentan con licencias diferentes y es ilegal unificar su actividad empresarial.

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