Las nuevas urbanizaciones de Palma deberán ser autosuficientes y reutilizar el agua de lluvia

El Plan General de Ordenación Urbana introduce una serie de medidas tendentes a mitigar la emergencia climática

Los cauces de los torrentes que atraviesan la ciudad serán utilizados para interconectarla con los espacios naturales de su entorno.

Los cauces de los torrentes que atraviesan la ciudad serán utilizados para interconectarla con los espacios naturales de su entorno. / Ajuntament

Los expertos en climatología de la Universitat de les Illes balears (UIB) ya avisaron hace unos años. La emergencia climática que se vive a nivel mundial también afecta a Palma. Y ya hay evidencias. Entre otras, el hecho de que hemos pasado de soportar 15 días de mucha calor en verano, a más de un mes y medio, con el mantenimiento de dos semanas de calor extrema, lo que provoca que en la ciudad se alcancen temperaturas entre 4 y 8 grados superiores a las de su entorno rural más inmediato.

Por ello, el nuevo Plan General de Ordenación Urbana(PGOU) de la ciudad incorpora toda una serie de actuaciones y medidas de adaptación y mitigación del cambio climático, entre las que se incluye la obligación de las nuevas urbanizaciones y de las zonas de transformación urbanas de ser autosuficientes energéticamente y la de reutilizar buena parte del agua de lluvia que ahora se pierde.

Entre las medidas de mitigación se incluyen varias relacionadas con la movilidad de la ciudad tendentes a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. De ahí que se proyecte la denominada «ciudad de los quince minutos» con el fin de reducir drásticamente la «movilidad obligada», garantizando que los ciudadanos puedan cubrir sus necesidades del disfrute de zonas verdes, servicios y equipamientos en su entorno más inmediato y sin grandes desplazamientos.

En este aspecto, el nuevo Plan General proyecta 2,2 millones de metros cuadrados más de zonas verdes distribuidas por todo el municipio, creando así una red de espacios libres públicos de hasta 5.184.643 metros cuadrados, casi duplicando de esta forma los 5,6 metros cuadrados por residente a 10.

En la misma línea se proyectan un 30% más de equipamientos, con el fin de acercarlos a los barrios y reducir los desplazamientos en vehículo privado, además de crear una red radial y circunvalar de ejes cívicos, que conectan los principales servicios y equipamientos de la ciudad.

En este último aspecto, el nuevo Plan General pasa de los 7,4 kilómetros de ejes cívicos contemplados en el planeamiento de 1998 a los 133,23 kilómetros previstos en el actual, incluyendo en esta cifra también los llamados conectores verdes urbanos y territoriales que, en líneas generales, siguen el cauce de los torrentes.

Los redactores del Plan señalan asimismo que la diversificación de la economía que promueve el nuevo planeamiento, como la vinculada a la rehabilitación energética o a la implantación de energías renovables, va a reducir también la dependencia turística posibilitando la transformación del modelo productivo.

El desarrollo del Parc Agrari permitirá también el fomento del producto de proximidad, además de reducir las emisiones derivadas del transporte de alimentos y la preservación del suelo agrícola. El Parc Agrari previsto tiene una superficie de 2.649,29 hectáreas en la denominada s’Horta de d’Alt, en el entorno de La Real, a las que se suman otras 5.578,41 del Pla de Sant Jordi. Se recuerda que tanto la preservación del suelo agrícola como las buenas prácticas agrarias son un importante «sumidero» de dióxido de carbono .

Por otra parte, el cierre del ciclo de las aguas urbanas, que promueve el nuevo Plan General con el fin de evitar cualquier tipo de vertido, se considera que contribuirá de forma decisiva a la descontaminación del agua de la bahía y a la preservación de la pradera de posidonia.

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