Palma registró dos averías al año en las arterias de agua en la última década

Era el 20 de enero de 2013 cuando la vida de más de 87.000 personas se vio alterada por una importante avería en una de las arterias más importantes que suministran agua potable a la ciudad. Al menos 14 barridas estuvieron sin líquido potable durante trece horas y sufrieron las consecuencias varios días más.

La avería se produjo en la arteria de Ponent, que arranca de los depósitos de Son Anglada y da servicio a las barriadas de Son Rapinya, La Vileta, Génova, Son Roca, Son Vida, Son Dureta, Sa Taulera, Son Armadams, El Terreno, Cas Capiscol, Bons Aires, Son Real, Son Serra Parera y Génova.

En aquel momento se apuntó como causa más probable de la rotura la obsolescencia de la canalización de cemento de una antigüedad de más de 40 años de 80 centímetros de diámetro y cuatro de grosor y que transcurre a una profundidad de seis metros.

A lo largo del mandato comprendido entre 2011 y 2015 se produjeron más averías en esta arteria, aunque ninguna de ellas tuvo las consecuencias de esta. Con anterioridad, entre enero de 2012 y agosto de 2013 se produjeron cuatro, y una de similares características se reprodujo el 29 de octubre de 2014, afectando al menos a 20 barriadas.

La frecuencia de estos episodios alarmó a los entonces responsables de la Empresa Municipal d’Aiguües i Clavegueram(Emaya), hasta el punto de que anunciaron una inversión de 15 millones de euros para proceder a la reparación tanto de esta arteria de Ponent, como la de algunos tramos de la de Llevant, las dos canalizaciones principales que suministran a la ciudad.

Si bien las averías se siguieron produciendo hasta el punto de que los técnicos de Emaya calculan que se han registrado una media de dos anuales hasta la actualidad, las consecuencias por lo que respecta a las personas afectadas por la falta de suministro son cada vez menores. Ello es así, en parte, porque a lo largo de estos años se ha realizado un trabajo de «mallaje» de estas arterias principales con las canalizaciones secundarias que dan servicio a la población, lo que permite que, cuando se produce una rotura, se pueda desviar el agua por otras canalizaciones por lo que los efectos quedan cada vez más localizados.

Incluso en algunas ocasiones no se ha tenido que cortar el suministro en ningún momento, como ha ocurrido con el socavón producido el pasado día 28 de febrero en las Avingudes, que afectó a una de las arterias secundarias que dan servicio a numerosas barriadas del Eixample y del centro de la ciudad.

El hecho de que se hubiera detectado una fuga de agua antes de producirse el hundimiento de la calzada y la consiguiente rotura de la canalización ya se había desviado el suministro de agua, por lo que los usuarios solo notaron una disminución de la presión, pero no se quedaron en ningún momento sin agua. No ha ocurrido lo mismo con las otras cinco averías registradas en grandes arterias desde 2021, como la que se detectó en marzo de 2021 en la arteria de Ponent en el Camí dels Reis a la altura del antiguo recinto militar del CIR-14, o en la detectada en diciembre de 2021, en este caso en la arteria de Llevant en el Camí de Jesús.

En agosto de 2022 se registró una nueva avería en la arteria de Ponent producida en las inmediaciones de los depósitos de agua de Son Anglada, mientras que en diciembre de este mismo año el problema se produjo en la arteria de Llevant en el Pont d’Inca, como consecuencia del movimiento de tierras provocado por la excavación de unas obras que se están realizando en una parcela colindante al paso de la canalización. En enero y en esta misma arteria, aunque en la zona de la Gruta del Molinar, se registró otra rotura.

Según el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà, en la mayoría de los casos las averías se producen por roturas de la canalización debido a un movimiento de tierras, aunque cada vez las consecuencias son menores porque el trabajo de interconexión realizado.

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