Como sa Llonja a finales de los años noventa, los vecinos de los barrios de Santa Catalina y es Jonquet han llenado los balcones, terrazas y ventanas de las viviendas de la zona con carteles y pancartas contra el incivismo, el exceso de ruido y los abusos de las terrazas de bares y restaurantes, un conflicto larvado durante largo tiempo que estalló después de Semana Santa, con el fin de todas las restricciones por coronavirus, y se mantiene desde entonces sin solución.
La Associació Barri Cívic de Santa Catalina critica al Ayuntamiento de Palma por permitir que la situación llegara a un punto de tal descontrol y vandalismo que ha acabado con la paciencia de los vecinos. "Detrás de las persianas hay gente", subraya la entidad. "Nuestro barrio no es un decorado de cartón piedra para venir a emborracharse y arrasar con todo lo que se encuentre".
No obstante, después de más de un mes de críticas a Cort por la inacción de la Policía Local en el barrio, durante el pasado fin de semana los agentes interpusieron 69 denuncias de las cuales 13 fueron por excesos en la ocupación de la vía pública de terrazas, 18 por ruidos y 12 por infracciones de tráfico y aparcamiento. No obstante, los ruidos y las muestras de incivismo y vandalismo continuaron.
