Opinión | Tribuna

Saturación en las Illes Balears

Saturación en las Illes Balears

Saturación en las Illes Balears / DM

En el anterior artículo, hacíamos referencia a cómo resolver la masificación del turismo en Balears, desde ir disminuyendo plazas turísticas paulatinamente, a cómo gestionarlo para mantener ingresos y empleos.

Pero la saturación que sufren nuestras islas es también debido a un incremento de población en nuestra Comunidad. En los siete años anteriores a 2023 se incrementó en 111.000 habitantes y, según las publicaciones recientes, en este último año el aumento poblacional ha sido de 23.000 personas censadas, posiblemente la cifra de los residentes sea mayor, pero una parte no se censan.

Un incremento de 23.000 personas fijas, es como recibir un millón doscientos mil turistas más al año en el supuesto de una estancia media de siete días si estuvieran repartidos a lo largo del año. Evidentemente, esta comparativa no es válida más que a título de comentario, un turista está más en la calle por su situación vacacional que un residente fijo, que trabaja y tiene una vivienda, y no es homologable por hábitos distintos.

Pero los atascos para entrar en Palma y otras poblaciones a primera hora de la mañana o en determinadas salidas y momentos en invierno no son debido al turismo, sino a los residentes, y es un problema que ya crea desde la primera hora de la mañana agobio a los ciudadanos. El problema de aparcamiento se da también en invierno, con baja población de turistas.

El problema de la vivienda lo ha incrementado el alquiler vacacional, pero uno de los problemas del encarecimiento de la vivienda en compra y en alquiler es debido a un incremento de la demanda, consecuencia del aumento poblacional de residentes. Si en ocho años hemos incrementado la población en más de 130.000 personas, no hemos incrementado la oferta de viviendas en 40.000, que serían las aproximadamente necesarias para acoger a ese número de personas. A mayor demanda que oferta, viene el incremento del precio.

Las listas de espera sanitarias no son debidas al turismo, y ello disminuye la calidad de vida de los residentes y, por lo tanto, su percepción de saturación. No hemos realizado infraestructuras de movilidad, hospitales, educativas, aparcamientos, culturales, ocio y sociales para atender a la nueva población real.

En el caso de Mallorca, además, se ha seguido una política de centralización en Palma, hay que empezar a descentralizar las ofertas públicas en toda Mallorca. Por ejemplo, cuántos años hace que no se han creado aparcamientos en muchos municipios, o el Govern Balear continúa con toda su infraestructura en Palma, e igualmente en temas culturales como la creación del futuro Museo Marítimo porque no en el Puerto de Alcúdia en la antigua central térmica de electricidad. Hay que pensar en Mallorca como área metropolitana.

En Palma la diversificación pasa por una potenciación de otras áreas, además del casco histórico, para que los visitantes y residentes se distribuyan más. Otro ejemplo sería continuar la operación puerto ciudad, que se diseñó en 1998 para tener una zona de ocio fuera de las áreas de viviendas y que afortunadamente se quiere retomar, lo que disminuiría la masificación actual de algunos espacios y las molestias a los que residen en ellos.

Y el punto crucial es mejorar la movilidad, Málaga o Bilbao han apostado por líneas de metro ligero, que serían una alternativa al uso del coche privado rápida y menos contaminante, o la llegada del tren a la Bahía de Alcúdia, alargando la línea de sa Pobla.

Con el cambio climático, hay que pensar también en el agua necesaria para la población, por ello debemos hallar el equilibrio de necesidades entre residentes y visitantes que podemos soportar, al igual que el ciclo de depuración de la misma.

El debate de la saturación no es solo turístico, también es de población residente, por lo tanto, hay que definir lo que los expertos denominan capacidad de carga de residentes y visitantes.

El «Think Tank» que se cree debe ser diverso por la cantidad de materias a tratar, y ha de dejar espacio para crecer en una diversificación de la economía que mejore la competitividad de las islas que estamos perdiendo en los últimos años como siempre incide el catedrático Toni Riera. Y, en este sentido, los subsectores de alto valor añadido, como entre otros la digitalización, biotecnología, investigación e inteligencia artificial se han de poder desarrollar.